Por Pavla Ochoa
Pero ahí
están, palabra e imagen, interactuando.
De repente, en la pantalla del televisor se muestra la ilustración de Alberto sobre la casa que inspiró al escritor; “la quinta de Lange”. Y poco a ´poco el dibujo se funde con una fotografía de la casa real. Y de repente, foto e ilustración son exactamente iguales. La gente alrededor, le preguntan si antes de dibujarla había visto la foto de esa casa y la respuesta fue simple y contundente; “No”. Su dibujo surgió de su mente, resultado de lo que había leído en el libro de Sábato. Ese universo horroso que describe el escritor que es como su propio universo interior.
Nadie, dice nada. Se asombran de la hermandad de ideas de dos creadores.
Dos
personas, extremadamente diferentes entre sí. Muy diferentes.
Alberto, se había espantado de ver en el jardín de la casa del escritor, las hojas rojas secas, dispersadas por todos lados, sin que el escritor las levante o siquiera las amontone en un lugar del terreno.
No lo podía creer, eso en su casa con él no puede pasar, nunca. Él, ama juntar las hojas del roble que está en la puerta de su casa y luego hacer fogatas en el fondo.
Tampoco coinciden con el escritor, cuando hablaban de pintura. En más de una ocasión, las personas más cercanas lo escucharon decir; “Es un viejo vanidoso, que no pinta bien”.
Son tan
diferentes, por eso asombra esa conexión mental de ambos.
Pero ahí
están, frente a las cámaras. Conectando las profundidades del ser, las
profundidades de sus propios infiernos. A la vista de todos. A la vista de
nadie.
Fuente:
https://www.quintadimension.com/node/186
https://invictaindiearts.blogspot.com/2016/10/entrevista-exclusiva-de-cristina.html
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