Por Pavla Ochoa
Está
ansioso de volver a trabajar con su viejo amigo de aventuras. A quien se le
cruza, les dice; “Wadel es el primer guionista profesional ciento por ciento.
Un hombre responsable que se toma muy en serio su trabajo y que está muy
olvidado”.
La idea de volver
a dibujar a Vito Nervio después de 14 años, lo invita a regresar gráficamente a
una forma de hacer historieta. Un territorio que hace mucho no habita.
Cuando va
de visita a la casa de Almagro, a pocas cuadras de Plaza Once y Boedo, lo primero
que ve en la cueva de su viejo amigo, es una biblioteca que ocupa toda una
pared, con miles de libros, revistas y recortes periodísticos. Sabe que ese material de archivo, le
despierta la imaginación creativa. Pero, no puede callarse al ver en otro muro,
los cuadros de José Luis Salinas y Emilio Cortinas, con la firma de ambos:
-¿Para
cuándo pones algo mío ahí? - y comienza una carcajeada infinita, llena de amistad.
Al rato,
comienzan a cranear la nueva peripecia. Se sorprende cuando Leonardo le dice:
-Está vez,
Vito, va a ser más viejo…casi como nosotros…
-¿Te
parece?
-Viejos,
pero no obsoletos. Ahora a los historietistas se le han subido los humos a la
cabeza. A toda costa pretenden considerar la historieta un arte. Para mí se
trata de un simple entretenimiento.
-En
nuestros tiempos, por suerte, no éramos vedettes. Éramos laburantes, que
hacíamos un trabajo muy oscuro, sin transcender. Ahora no sé porque misterio,
se ha convertido en algo que nos reportean por lo que hacemos.
Se ríen del intercambio de ideas. Pero vuelven a lo suyo. Para Alberto es un desafío volver a Vito. Es volver a la línea clásica de su dibujo. Piensa que, si alguna vez le sacó el jopo y le brindó otras
características al personaje, ahora lo va a tener que hacer como un abuelo
canoso que ahora dirige una Academia de Criminología y que tiene una hija;
María de Los Ángeles y un nieto de 10 años; Cacho. Es evidente que el tiempo ha
pasado para el detective como para ellos mismos.
Al tomar
apuntes de la aventura, se da cuenta que Leonardo está usando una estructura
argumentativa que ya hicieron en el pasado. No importa. Siente que la nostalgia
está hecha historieta. Pero que lo importante es que vuelve a ser camarada con
ese tipo con el que compartió muchos años de laburo, codo a codo. Tiempos de
mishiadura, de pelearle a la vida.
Ahí están,
haciendo nuevas aventuras para la nueva revista “Chaupinela”. No los convence
que los originales van a tener la instancia de guía de color, pero ya vivieron
esa angustia con la publicación de Vito Nervio de la Editorial Esquiú- Difusión.
En las cinco aventuras republicadas, los cuadritos eran extremadamente
pequeños, el dibujo desaparecía como manchas en el colorido de la editorial
católica. En esos años, había que hacer
todo para pucherear. Y ahora, es la misma milonga de siempre. Solo que el
tiempo pasó velozmente para ambos. Pero otra vez les toca hacer respirar a
Vito, que como ellos, sigue pa' adelante.
Siempre pa' adelante
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