martes, 26 de diciembre de 2017

Nunca me oíste en tiempo

Por Pabla Ochoa

El Eternauta de Oesterheld y Breccia, se convirtió en una obra que apostó a poner a la revolución en primer plano. Los protagonistas y los secretos de una propuesta gráfica que conjugó un proyecto político que apelaba a otro futuro social para el país.

La versión de 1969 para revista Gente, fue criticada por su experimentación gráfica y su mensaje ideológico, motivos que llevaron a que fuera levantada bruscamente por la Editorial Atlántida. El escenario político y la enunciación especial de un texto movilizador para el destinatario, son elementos que rodearon a una obra maestra bastardeada por ser publicada en un medio de comunicación no adecuado para esa historieta.




REVOLUCIÓN EN TODOS LOS SENTIDOS

El mayo francés con su correlato local, el Córdobazo, el asesinato en Bolivia del revolucionario Ernesto Che Guevara, entre otros hechos, ubicó en escena a la juventud como protagonista de una generación que se posicionaba en el debate político y que proponía la combinación entre la lucha armada con la acción de masas como herramienta de cambio social. Las nuevas generaciones reivindicaban el trabajo expuesto desde las historietas de Oesteheld. Otras expresiones artísticas como la poesía, literatura y la música se alimentaron de ese mensaje colectivo que plantearon sus argumentos.

 En el verano de 1969, el grupo Almendra presentó su primer LP que contenía “Hoy todo el hielo en la ciudad”; alusión directa por parte de su autor, Luis Alberto Spinetta a la nieve mortal que inicia el argumento de la historieta originalmente publicada en 1957 con el nombre de: “Una Cita con el Futuro; El Eternauta, Memorias de un navegante del porvenir”.

El dibujante, Ángel Alberto “Lito” Fernández mencionó que el guionista le había ofrecido dibujar la nueva odisea de Juan Salvo teniendo en cuenta la relación entre su personaje y la juventud:”En el 69 yo vivía en un “depto” en Libertador y él vino a verme un día a las 9.30 de la mañana. Me dijo que había conseguido un contrato para trabajar en un diario de La Plata y hacer El Eternauta y quería que yo lo dibujara. El diario ofrecía, además sacar fotos en helicóptero de distintos lugares de la ciudad, sobre todo del cementerio y así se hizo. Hice seis páginas”. Lo que publicó el diario Gaceta de la Tarde fue “El Astrón de La Plata “, otra historieta sobre una invasión de seres de otro planeta. Finalmente Oesterheld firmaría contrato con Atlántida y trabajaría esa nueva versión del héroe colectivo con Alberto Breccia.


LA PREVIA

Breccia y Oesterheld, habían realizado juntos Sherlock Time en la revista Hora Cero a fines de los años cincuenta. Luego del fracaso de Editorial Frontera, iniciativa personal del guionista y de su hermano Jorge Oesterheld, la angustia contaminó la explosión creativa del escritor que volvió a publicar sus obras en Misterix y Rayo Rojo, afrontando momentos financieros difíciles. A su vez, el momento de Breccia, no era muy diferente, vivía muy de cerca la enfermedad de su esposa, endeudándose para pagar su tratamiento médico. Ambos autores se enfrentaban a la nevada mortal de su propia vida, la de carne y hueso. Pese a las adversidades, el guionista y el dibujante estaban en el mejor momento creativo, llevando sus obras a un lenguaje poderoso que enfrentaba a la lógica mercantil de las editoriales.

El 29 de mayo de 1969, una gigante fotografía de uno de los conductores televisivos del momento, Roberto Galán, rodeado de sus secretarias mediáticas, era parte de la portada de revista GENTE, que tenía un título periodístico acorde a la época; “Crisis Universitaria, Carta al Gobierno”. La sorpresa se encontraba en recuadro de color amarillo que puntualizaba un anuncio particular: Sensacional: Una historieta “En GENTE”. Desde hoy: EL ETERNAUTA. Tres páginas por semana eran parte de la propuesta gráfica. En la cuarta entrega se cuestionó a través de la sección “Carta de Lectores” las ilustraciones sugeridas por el dibujante. Los directivos estarían atentos a esa manifestación y actuarían acorde a sus ideas como medio de comunicación.



 LEYENDO A EL ETERNAUTA

En un contexto de guerra fría, el marco de desarrollo era la política exterior norteamericana hacía Latinoamérica. Propiciaron políticas sociales y económicas que incluían a los medios de comunicación un rol importante para ese trayecto que significaría salir del subdesarrollo en esta parte de la región del continente.

En América Latina se hizo visible una mirada crítica como contrapunto a esa propuesta, convirtiéndose a una actitud política. Los aportes de Gramsci y Althusser, las herramientas de semiología, el estructuralismo y una lectura tardía de la escuela de Frankfurt fueron fundamentales para enmarcar la “teoría de la dependencia” en referencia a las recetas económicas del país del norte. Esta atmósfera política, económica y cultural se presenta explícitamente en la reformulada aventura del Eternauta.

Estados Unidos, Rusia y otras potencias han negociado con los “ELLOS” que el objetivo de la invasión sea Sudamérica a cambio de un manto de protección.

El diálogo entre Juan Salvo y Favalli era contundente:

¿Cómo es posible? ¿Cómo los grandes países van a abandonarnos así?

- ¿De qué te extrañas, Juan? Si en verdad los grandes países nos tuvieron siempre atados de pies y manos… El invasor eran antes los países explotadores, los grandes consorcios…Sus nevadas mortales eran la miseria, el atraso, nuestros propios pequeños egoísmos manejados desde afuera…Por nuestra propia culpa sufrimos la invasión, Juan. Nuestra culpa es ser débiles, flojos. Por eso nos eligió el invasor. En la manada, el animal enfermo y sin fuerzas es el que atrae al león..!El león caza al débil, nunca al fuerte.

Esta conversación entre los personajes de la saga, es un claro mensaje que no dejaba dudas del posicionamiento político del guionista.
Durante 17 semanas se publicó las aventuras en un total de 50 páginas. En ellas se ven algunas modificaciones, como la incorporación de una chica joven en lugar del adolescente Pablito que rescataban Juan y Favalli de la ferretería. Desde el principio, a diferencia de la versión original, los personajes estaban en pleno conocimiento de que era un ataque de seres de otro planeta. La sugerencia de Atlantida para modificar la historieta la explicó Oesterheld en el reportaje realizado el 5 de marzo de 1975 por Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno: “Lo llamaron a Breccia, le explicaron que había un defasaje con lo que el público quería, y de muy buena manera, lo trataron como a una dama, le pidieron que suavizara la cosa. Lo trataron como al creador que le estaban pidiendo que la modificara. Él no accedió. Entonces se decidió acortarla”. Desde Estados Unidos, Carlos Fontanarrosa, director en ese momento de revista Gente pidió disculpas a los lectores por haber publicado la historieta, tratando a Breccia de “artista dudoso, que llena sus dibujos de adornos para engañar”.



NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA

El dibujante cuestionado puntualizó sobre esa caótica situación a partir de la técnica utilizada especialmente para la aventura del viajante del tiempo: “Primero no les gustaba el argumento que no estaba de acuerdo con la línea de la publicación. En cuanto al dibujo, era muy experimental para la época: no les gustaba y no lo querían. Pretendían algo más clásico y yo no deseaba absolutamente hacer algo clásico, no me interesaba. El público también reaccionó mal: la historia se publicaba por capítulos semanales y a partir del segundo o tercer capítulo, una ola de cartas de protesta comenzó a llegar a la redacción del diario. La revista las publicaba, a veces había una página entera llena de despiadadas críticas. Los lectores criticaban mi manera de dibujar, decían que no comprendían nada, que la versión dibujada por Solano López era mucho mejor. El editor me pidió modificar el dibujo. ; Me negué: “No modifico nada, si no les gusta, entonces interrumpa la publicación”. Me hubiera gustado que la hubieran interrumpido por la mitad, sin dar explicaciones”.

Sobre la mutilación de la obra, el guionista detalló: “La decisión del editor fue cortarla bruscamente y poner la disculpa. Entonces le mandé una carta a Vigil el dueño de la editorial, diciéndole que eso era una falta de respeto al lector, y les propuse, abreviar el final. Creo que harían falta quince páginas más. “Páguenle a Breccia lo que con él lo que han pactado y a mí no me paguen un centavo y les hago lo que falta de guión y ahí se termina El Eternauta”.

 El maltrato de la editorial Atlántida y la deformación del texto fue un dato que llegó tarde al hombre encargado de guiar los caminos de Juan Salvo diez años después a la original versión con Solano López:“ El Eternauta en GENTE fracasó porque no era para esa revista. Por un lado por su mensaje literario por otro por su mensaje gráfico. Con respecto a la ideología explicita en el texto, me entere mucho después-por mi costumbre de no leer historietas- que habían eliminado párrafos enteros”. También se refirió a la disculpa de la editorial de Carlos Fontanarrosa a sus lectores por lo que habían publicado: “Claro, recibía cartas que lo puteaban de arriba abajo. Breccia le guarda un gran odio por esa carta de perdón público”.

LA VOZ DE LOS AUTORES

Oesterheld, en el reportaje publicado en la revista SIETE DÍAS, titulado “Mis 100 personajes y yo” elogió con una profunda honestidad intelectual a la saga que cambió la historieta criolla; “Creo, aunque peque de inmodesto, que fue lo mejor que se hizo en ciencia ficción en la Argentina y porque es una historia que no envejeció; al contrario, es vigente. Yo había trabajado en aquella extraordinaria colección que se llamó MÁS ALLÁ, y que editaba Abril. Desde entonces, me había quedado pensando en un cuento corto que empezaba con unos amigos jugando al truco mientras la ciudad se muere a su alrededor por la acción de una nevada mortífera. La idea era hacer una historia de final rapido, pero tuvo tal éxito que se convirtió en un folletín semanal que duró dos años. La dibujó Solano López, que se lució a lo largo de más de 350 páginas de 12 cuadros cada una, logrando una historieta popular de gran comunicación”.

En la entrevista realizada por el documentalista, Cesar Vidal en 1993 en su casa de Haedo, Breccia, analizó la creación que transciende generaciones y fronteras: “Como historieta, argumento, creo que El Eternauta fue lo más original que se ha escrito acá. Teniendo en cuenta los años que han pasado, que la ciencia ficción en aquel entonces no tenían la difusión ni la popularidad que tiene ahora, Héctor Oesterheld fue un precursor”. 

Además, agregó; “Fue ilustrada magníficamente por Solano López que le dio el clima, es un especialista en climas. Es decir le dio el clima adecuado, hizo un trabajo muy superior al mío, porque en esos momentos yo estaba en planos de investigación y la revista no me permitió concretar la misma porque la corto sorpresivamente. De manera que El Eternauta es la obra maestra de un maestro”.

En referencia a la historieta dibujada por él en la década del 50, Francisco Solano López en una actividad realizada en el distrito de Moreno del conurbano bonaerense en 2008, pinceló las sensaciones encontradas por la sociedad del narrador de aventuras y el artista en contramano de la industria cultural: “Para mí fue muy difícil juzgarlo, porque cuando Héctor y Breccia se juntaron para hacerlo, no estaba en el país sino en España. Estaba recién volviendo, por eso entendí que tuvieran la necesidad de reproducir la historia y lo que ocurre o lo que no había advertido era el cambio político y la nueva vuelta de tuerca que le estaba dando Oesterheld a la historia”. Sin dudar, remarcó la ruptura de la aventura de sus dos colegas: “Tanto él como Breccia habían sufrido una evolución política que si yo hubiera estado cerca, posiblemente hubiéramos intercambiado ideas y a lo mejor salía algo parecido o no a lo publicado, pero la verdad es que fue una historieta hecha, vamos a decirlo, en complicidad con Breccia”.

La obra mutilada tuvo un vuelco inesperado al ser publicada en Italia en 1971. Irma Dariozzi de Breccia, remarcó ese momento crucial en la carrera de su esposo: “En 1970 cuando el dejó de enseñar en la Escuela Panamericana, prácticamente quedo sin trabajo. Esa situación era muy compleja, había muerto su mujer y no había forma de cambiar el rumbo, hasta que vino Coletta Raboni y lo llamó diciéndole que venía de Italia y que querían representarlo para vender allá todo su material, casi se muere de la sorpresa. A partir de ahí cambio todo, pudo pintar y arreglar la casa, hubo un cambio muy grande para ambos”.

La importancia de esa edición en el testimonio del dibujante es un rotundo contraste con las disculpas de GENTE que dudaba de su capacidad artística; “En Italia tuvo un enorme éxito y me abrió las puertas de Europa. Fue la primera historieta latinoamericana que se publicó en Linus. La consideraron una obra maestra”.





El Eternauta de Gente fue una obra de complejidad óptica, un expresionismo al servicio de la historia a narrar. La utilización de las luces, sombras, violentos contrastes y técnicas no convencionales fueron la ruptura del dibujo tradicional para navegar nuevos caminos estilísticos para hallar “el alma” del texto. Lamentablemente no fue entendida por los lectores en 1969.

Fue una de las historietas más jugadas políticamente por Oesterheld, que en la década del 70 lo llevaría a integrar activamente como otros escritores de la altura de Rodolfo Walsh, Francisco Paco Urondo, en la organización Montoneros, junto a sus hijas, Elena, Diana, Beatriz y Marina, convirtiéndose en victimas de la dictadura cívico militar. El 27 de abril de 1977 el guionista fue secuestrado, torturado y asesinado por un grupo de tareas. Compartió cárcel en sus últimos días con Roberto Carri, se cree que fue asesinado en la ciudad de Mercedes a finales de ese año.



Volver a releer El Eternauta de GENTE es el modo de hacerle justicia a dos de los más grandes artistas, proletarios de la historieta argentina. Iconos de la acción y la palabra, hechas obra, hechas militancia, pasión de origen, destino de eternidad.



La pluma de Breccia



Por Pabla Ochoa 

El Vengador Alado fue el primer superhéroe de estas pampas, personaje que fue dibujado por Alberto Breccia, entre otros artistas del mundo de las viñetas. Es el índice en materia de encapuchados argentinos y tiene la particularidad de ser  unas de las primeras obras  realizadas por un joven que exploraba los caminos del oficio de hacer historietas.


En 1993, el documentalista César Vidal, obtuvo una respuesta clara y contundente de parte del dibujante, Alberto Breccia, sobre el momento de la historieta en esos años: “A nivel mundial hay mucha bazofia, mucha pavada, muchos superhéroe estúpido, mucho argumento comercial, argumentos remanidos, poca creatividad porque todo el mundo quiere vender, entonces recurre a fórmulas de fácil venta”. La mirada crítica de Breccia está construida en un escenario en donde la crisis económica por parte de las editoriales nacionales y la invasión de los superhéroes norteamericanos; Superman, Batman, la Liga de la Justicia y Flushman (NdR; La editorial Perfil que publicó las series, debió de esta manera llamar a Flash, para evitar un conflicto legal con una revista de espectáculo que tenía el mismo nombre) hicieron junto a otras revistas del género provenientes de España, que las publicaciones de historietas locales que llevaban adelante Editorial Record y Columba, bajaran sus ventas e inmediatamente dejaran de estar en los kioscos de diarios y revistas de nuestro país.

Sorprende pero no tanto esta declaración de parte de Breccia que en febrero de 1940, reemplazó a Raúl Rosarivo en la revista “El Gorrión” con las aventuras del primer superhéroe argentino “El Vengador”.

El personaje creado por Rosarivo tiene el privilegio de ser creado dos meses después del debut en Estados Unidos de Batman en 1939.



 En muchas ocasiones Breccia negó públicamente la similitud de su trabajo con la creación de Bob Kane; “ No copiaba a Kane, sino a Horgarth, porque además el personaje que yo hacía era un tipo a lo Tarzán, nada más que enmascarado”.

En la edición número 403 a pedido de la editorial creó a un compañero de aventuras del héroe con el mismo nombre de la revista; “El Gorrión”, un joven compañero de aventuras inspirado en Robin, el joven maravilla; “El Vengador, fue un personaje que, pese a lo que he leído por ahí es anterior a Batman. Lo que si agregamos luego de ver Batman fue a un ayudante jovencito que tenía, un pibe llamado Gorrión, que era un intento del editor de que su revista tuviera un personaje que lo representara"; recordó Breccia sobre esa intervención creativa de su parte.



Los periodistas, Hernán Ostuni y Fernando García, remarcaron la incompatibilidad ética entre ambos héroes encapuchados; “La gran diferencia con Batman es una cartuchera en la que el Vengador guarda un arma que no duda en usar para matar a sus enemigos".




Los villanos que creó Breccia para esta serie eran universales malos en estado puro, muy parecidos a los que planteaba Sax Rohmer, el autor de Fu-Manchú, autor al que Tito consumía ferozmente.El proceso de producción de el Vengador fue simple, hacia lápiz y luego entintaba. Corregía las imperfecciones del trazo con tempera blanca y en muchas ocasiones recortaba dibujos realizados en otras hojas para pegarlos sobre la parte que no lo conformaba del original. El ultimo paso era pensar en el texto que ubicaría en los globos vacíos que impulsaría la aventura.; “ Yo no tenía el argumento previamente. A medida que iba dibujando lo improvisaba. Así que no creo que leída en continuidad tuviera coherencia”.





Toni Torres, describió el destino después que Breccia dejara la serie; "Cuando Breccia deja la serie (en 1946) es continuada por un correctísimo Oscar Novelle, quien no le agrega nada a la serie y finalmente luego de poco más de un año la deja y la revista El Gorrión pasa a reimprimir todas las aventuras dibujadas por Rosarivo y por Breccia (1947 a 1953). En ese año, más exactamente en el Gorrión 1050 (29/04/1953) se vuelve a relanzar el personaje con un nuevo autor: Romero, quien le pone mucha garra y dinamismo al Vengador y logra darle una nueva frescura. Como sus aventuras continuaron a las reimpresiones del Viejo (entonces joven) Breccia, Romero tenía algunos dibujos bastantes copiados de este (era costumbre de las editoriales pedir a los dibujantes que sigan el estilo de alguno anterior), pero con el tiempo se fue haciendo su propio lugar. El fue el último en dibujar al personaje quien dejó de salir en el número 1282 en 1957".


Además, Toni Torres, marcó la diferencia entre este personaje y Batman: "Nos llaman la atención algunas situaciones que se encuentran en estas historias que nos demuestran claramente que no estamos ante una aventura de “Batman”. En el episodio “¡Contra la ley! El Vengador es acusado de homicidio y debe ser asistido por su compañero. La policía sin piedad alguna dispara y hiere al Gorrión. No solo eso, sino que puede verse al policía diciendo: -¡Se nos escapa! ¡Pero tengo el consuelo de haber baleado al chiquillo!-
Pero ¿Y el Comisionado Gordon y el Jefe O`Hara? ¿Y Los Derechos Humanos?¿Dónde estaban? Será este el origen de la “Maldita Policía” y el gatillo fácil. O será simplemente que han pasado 70 años desde que Breccia imaginó esta aventura y el país al fin y al cabo es otro o en realidad sigue siendo el mismo".


El Vengador Alado salió a los quioscos en forma consecutiva (reimpresiones por medio) durante 18 años. Rosarivo dibujó 40 páginas, Breccia 334, Novele 37 y Romero 482. En 2015 con la pluma argumentativa de Toni Torres volvió a las revistas  el primer superhéroe de estas pampas a las viñetas argentinas.

El Vengador, fue el personaje que lo acercó directamente al lector, pero Breccia no estuvo nunca conforme con ese trabajo. En una ocasión sobre una consulta especifica sobre esos episodios, sentenció; “Si tuviera plata compraría los originales a guita de hoy y los quemaría”. Pese al malestar, el dibujante uruguayo, fue quien le dio vida por muchos años, en dibujos y argumentos al primer personaje enmascarado del Río de La Plata.



Bibliografía:

Trillo, Carlos, Saccomanno, Gullermo, “La Historia de la historieta”, revista Tit-Bits, número 28, Ediciones Record, octubre de 1977.

García, Fernando, Ostuni, Hernán, “ Superhéroes argentinos”, “Comiqueando” número 28, Julio de 1997.

Sasturain, Juan, Breccia, El viejo Conversaciones con Juan Sasturain, Buenos Aires, Ediciones Colihue, diciembre de 2013.




jueves, 14 de diciembre de 2017

La revolución en viñetas


Por Pabla Ochoa 

 La historieta “Vida del Che” escrita por Héctor Germán Oesterheld y dibujada por Enrique y Alberto Breccia, constituye un documento histórico de alta relevancia por el lenguaje gráfico utilizado en la biografía de Ernesto “Che” Guevara que nos da cuenta de la niñez y adolescencia de un revolucionario que remite a una lucha, a un combate. 

La biografía ilustrada fue gestada a finales de 1967, se llamaba simplemente, Colección Biografías de la editorial de Jorge Álvarez y tenía como objetivo que se publicara la vida de un personaje de la historia americana que por su importancia haya contribuido a la configuración de nuestro continente. Teniendo en cuenta que el Che había sido asesinado en octubre de 1967; y que la Vida del Che apareció publicada en enero de 1968, es fácil entender que la gestación y realización de la historieta se produjo en tiempo record en tiempos donde el acceso a la información no acortaban distancias geográficas, sino todo lo contrario y ahí se centra la importancia histórica de esta enunciación gráfica.


¿POR QUÉ EL CHE?

El dibujante, Alberto Breccia, explicó en muchas entrevistas que brindó el elemento primordial que lo impulsó a trabajar en esta propuesta del hombre a cargo de la editorial y representante del sello discográfico “Mandioca”, primer espacio de expresión genuino para los músicos de rock argentino: “Esa fue una proposición de la editorial Jorge Álvarez, era una época de mucha miseria, entonces hice la vida del Che. Diagramé el libro y lo ilustré desde el nacimiento del Che, hasta que llega a Bolivia. A partir de ese punto lo sigue Enrique en una labor excepcional”.

Esta historieta fue el primer trabajo de Enrique “Churrique” Breccia, donde su retórica en esta obra difiere en gran medida a la de su padre. Enrique explicó los motivos que llevaron a realizar dos guiones para contar la vida del revolucionario: “Los guiones por separados de Oesterheld fue resultado de una decisión deliberada, porque la visión que teníamos del mismo personaje mi padre y yo era completamente diferente. Mi padre era un admirador ferviente del Che Guevara y yo, por mi militancia política de entonces, tenía una diferente. De todas maneras me atraía el personaje. Así que cada uno dibujó la historieta en su casa e hicimos el pacto de no vernos durante el mes y medio que duró el proceso creativo”.



Respecto al elemento ideológico que generó un trabajo a distancia por parte de los BrecciaHéctor Germán Oesterheld, se posicionó más cerca del dibujante con el que realizó Mort Cinder en referencia a la figura de Guevara: “Con el Che asumí un compromiso deliberado, porque en aquella época de Onganía, me acuerdo que Jorge Álvarez, el editor, me dio la alternativa de no firmar la obra. Y le dije que una historia con un personaje como el Che no merece que se haga así a escondidas. Todavía le insistí “no solo quiero firmarlo sino que quiero mi nombre en la tapa. Después él puso el nombre en tremendo”.
En otro tramo de esa nota, el guionista destaca la obra escrita de Ernesto Guevara: “Si me hubieran preguntado cuál es el mejor escritor argentino, para mí es el Che. Uno de los intelectuales que más defiendo. Es el tipo más leído en Argentina y el autor más tradicional. El más comentado y el más estudiado (...) El diario del Che en Bolivia es una pieza única. Todavía estamos reeditándola. ¿Por qué será? Porque tiene ese valor de nota periodística y también de cosa vivida”.

El resultado final es una obra revolucionaria a cargo de Alberto que volcó el oficio y la experiencia para expresar un dibujo que se ajuste al realismo, y su hijo que navegó en los ríos de experimentación, creando secuencias de acción explosivas acorde al magnifico argumento de Héctor.

LA HISTORIETA COMO LENGUAJE TRANSFORMADOR

El lenguaje enunciativo utilizado por los autores de esta historieta deja de ser inocente para incorporar elementos como la coyuntura política y romper la manipulación mediática de ese momento sobre la figura del revolucionario. 

Las palabras escritas en el prólogo por Eliseo Verón, apuntalan esa idea y reformulan el concepto de la palabra historieta: “En los últimos años, afortunadamente la idea elitista de que la historieta es un lenguaje bastardo, una literatura inferior, está en camino de ser destruida. Cada vez resulta más claro que la historieta contiene una dimensión estética absolutamente original, y que constituye además uno de los lenguajes más poderosos e importantes nacidos en la sociedad industrial (...) Al encontrar los signos de la historieta, la imagen del Che se incorpora al lenguaje que más ha contribuido a poblar el panteón de las figuras mitológicas de la sociedad de masas. Pero no hay que olvidar que la noción de mito no tiene, en la moderna ciencia de la comunicación, un sentido más despectivo. Es, simplemente, sinónimo de ideología. Y la ideología, lejos de haber desaparecido como han pretendido algunos, no es otra cosa que el sistema de significaciones que nutre los procesos de acción y orienta, en el mundo de hoy los movimientos sociales”.




SIN MORDAZAS

La historieta del Che fue censurada por la dictadura de Onganía, quien quemó los originales. Oesterheld, puntualizó en este aspecto en la última entrevista brindada a Carlos Trillo yGuillermo Saccomanno en 1975: “Al poco tiempo de ser publicada fue allanada la editorial que la publicó, la editorial Jorge Álvarez. No fue por el Che específicamente. Jorge Álvarez editaba demasiados títulos de izquierda y entonces fueron secuestrados un montón de cosas”.



Luego, la nefasta Junta Militar de 1976 prohibió la historieta del Che y un año después secuestró y torturó a uno de sus autores,Héctor German Oesterheld, por su militancia en Montoneros.

 Pese a los intentos de los monstruos del orden de silenciar esa obra, la revista resistió la tormenta más oscura que vivió nuestro país. La decisión de la compañera de vida de Alberto Breccia, Irma Dariozzi, de enterrar en el jardín de su hogar un ejemplar hace que hoy podamos leer esa obra en el presente: “Vino a nuestra casa personal del SIDE y se llevaron todo el material del Che y lo incendiaron, así alegremente. No le hicieron nada a Alberto, pero siempre estuvimos con el ojo puesto encima. Yo tenía dos ejemplares de Vida del Che, en esos momentos Alberto comenzó a quemar libros y me negué rotundamente que hiciera lo mismo con esa historieta y el libro de Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina. Por eso envolví esas revistas enrolladas en un papel metálico y en un tubo de plástico de los que usan para las hojas de dibujo y los enterré en el jardín. Permanecieron años en ese lugar hasta que todo se tranquilizó y las desterramos. Gracias a esa decisión en España pudieron hacer un retoque en los blancos y la Editorial Ikusager lo público y ahí nació otra vez el Che Guevara”.



La “Vida del Che” invita al lector a criticar una u otra formulación de los autores, o estar en desacuerdo con uno u otro planteamiento, pero son libros como éste los que sirven como primer acercamiento a conocer la vida del hombre, el guerrillero, el combatiente, el pensador, el que renovó el marxismo, el antidogmático, el ético, el constructor, el humanista, aquel que se despojó de los cargos para cargar nuevamente las armas buscando la libertad colectiva de los desposeídos de América Latina, el hombre nuevo, el hombre vivo, el Che.




 Publicado originalmente en Desalambrar 10/11/2014


lunes, 11 de diciembre de 2017

¿Está el pasado tan muerto como creemos? (Segunda parte)


Por Pabla Ochoa 

La resolución a la cara del hombre que regresa de la muerte, por parte de Breccia, fue colocarle la de su ayudante de esos años. 

Horacio Lalia, el dibujante que reside actualmente en Ramos Mejía, recordó esa situación en particular: “Como estaba en permanente conmigo, empezó a ver mi cara a la que estaba acostumbrado a dibujarla y la torturò para que sea la de un tipo de 40 años que venía de la muerte. Tenía la mitad de la edad del personaje creado por Oesterheld, por eso nunca imaginé que iba a quedar definitivamente mi rostro. Breccia nunca me comentó o me pidió permiso para usar mis rasgos, simplemente sucedió”. Además, Lalia agregó sobre la inmortalidad de su rostro: “Cuando le preguntaron a él dijo, "de alguna forma es la cara de Horacio, pero lo que pasa es que sale un poco como Sherlock Time que es la idea de cara de lata, pero de cierta forma es la de Lalia. La verdad que si observan una fotografía mía de esa época, los perfiles de ambos son iguales solo que más sufrido y con ojeras”.

En su época de ayudante de Breccia ¿realizó algún dibujo para la serie Mort Cinder?

No, él era muy cuidadoso con su trabajo En esos años arreglaba historietas antiguas y le posaba para el personaje. Tiempo después le empecé hacer algunos fondos, le hacia algunos grises, pero no intervenía en su trabajo.

El año 1962 fue muy particular para Breccia y Oesterheld ¿cómo observó usted esos días oscuros de los dos autores?

Lo que viví en profundidad fue la enfermedad de Neli que estaba muy mal. Ella se acercaba al estudio y él era una persona concentrada con su trabajo, tenía problemas con los médicos porque a veces me contaba los problemas de salud de su compañera, eran días muy duros pero la verdad que yo era muy pibe, sabía que ambos estaban corriendo de un lado para el otro para revertir esa situación de pobreza, pero la verdad que no estaba muy informado de lo que le sucedía a ambos Además, ellos eran muy reservados con sus vidas, se ponían una especia de coraza y trabajaban sin decir nada.

Sin alejarnos de Mort Cinder, pero ingresando en su vínculo laboral directo con Breccia, en la entrevista realizada por Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno, el dibujante mencionó que solo tenía ayudantes para que le cebaran mates y que le posaran, ¿aceptó usted esa declaración o le molestó?

Alberto era de decir esas cosas, en realidad mi trabajo consistía en hacer el archivo aparte de cebarle mate o de posarle en algún momento. Hice algunos fondos de retícula como el capítulo de la prisión de Mort, pero él era muy meticuloso para que le tocaran su trabajo. Realmente no le gustaba que le metieran mano en sus dibujos, pero la verdad no me tenía solamente para cebar mate como dijo en esa ocasión.



ENTRE PENAS Y GLORIAS

La obra estaba tan adelantada a sus tiempos, que a los lectores y a los propios editores le costaba adaptarse o entenderla en toda su magnitud. En Argentina no llegó a tener un éxito comercial y en España no lograba gustar. Irma Dariozzi, segunda esposa de Breccia, graficó ese contrato de lectura de los autores con sus lectores: “Mort Cinder no vendía, la gente no comprendía esa historieta que era distinta a las del estilo clásico de aventuras. Había muchas cosas ahí, motivo que la convertía en una revista que no interesaba, se ondulaban en los kioscos por el viento y el frio quedando bastantes arruinadas porque no las compraban. Tengo dos de esos ejemplares, uno que compré y otro que me regaló Alberto, ahora son piezas de colección de alto valor económico, es parte de las rarezas que tiene la vida”.

Fue el mismo dibujante quien recordó esa dificultad, en una conversación realizada en Francia en 1992, por su representante Latino Imparato: “Mort Cinder fue difícil en sus comienzos. Cuando el editor argentino mostraba en Europa la revista donde se publicaba Mort Cinder, cortaba páginas de éste y mostraba el resto. Años más tarde este dibujo se transformó en un clásico y en un éxito comercial: por otra parte, mi único éxito comercial”.

Mort Cinder le abrió la puerta al viejo continente, pero no se quedó atrapado en esa gloriosa formula gráfica, sino que se reinventó todo el tiempo. Eso lo distingue del resto de los dibujantes. Pese a este mérito primordial, el obrero del lápiz no repitió la fórmula comercial que había tenido aceptación de la industria cultural y esa fue la virtud de su trabajo después del después: “Si hubiera continuado dibujando a Mort Cinder, en lugar de hacer 200 páginas hubiera hecho 1000, hubiera alcanzado la perfección absoluta para inmediatamente iniciar la caída. Luego de la cima está el descenso; no se puede estar siempre en la cima, porque la vista de debilita, la fatiga comienza a hacerse sentir, uno se aburre haciendo siempre las mismas cosas. La mayoría de los dibujantes se detienen en el momento en que han alcanzado el éxito, se instalan confortablemente y no tienen más deseos de moverse. Hay que saber arriesgar todos los días su propio éxito”.

Solo dos años duraron esas historias que sin pretenderlo por parte de los autores se convirtió en una totalidad. En 1975, se anunciaba la posibilidad de un nuevo capítulo ambientado en el lejano viejo oeste, un western, titulado “ Diligencia a cuchillo”, para INFORMACIÓN, una revista de los mismos editores de CRISIS, pero el anunció no prosperó para materializar esa idea de Oesterheld que fascinó a Breccia en primera instancia.

Mort Cinder es una obra revolucionaria absoluta. La historieta que empieza con un ambiente gótico y después se traslada a distintas circunstancias de la historia universal, muestra lo increíble que es el dibujante, ya que en cada una de las diez aventuras publicadas entre 1962 y 1964 utiliza distintos recursos gráficos de acuerdo al contenido. Alberto Breccia fue una avalancha de paisajes y zonas desconocidas que demandan aún hoy la atención permanente. La diversidad artística de sus obras deben ser leídas como una pieza única y no como piezas sueltas. Su trazo fue un amplio abanico de expresión de sus ideas que permanecen vigentes en la actualidad.

Publicado originalmente en Desalambrar 10/10/2014

¿Está el pasado tan muerto como creemos? (Primera parte)


Por Pabla Ochoa

La aparición de “Mort Cinder” de Alberto Breccia y Héctor Germán Oesterheld, representó algo más que una bocanada de aire fresco. Fue la definitiva imposición de un estilo inédito en el género de historieta. Esa nueva mirada en el hacer, se basó principalmente en la búsqueda de recursos técnicos y herramientas de trabajo, inusuales en el oficio de dibujante. El trazo experimental de Breccia se encargó de generar nuevos paradigmas artísticos que en la actualidad no han sido superados, más allá de los avances tecnológicos.

Una verdad poética recorrió desde el primer cuadro de esta historieta publicada originalmente en agosto de 1962 para la revista “Súper Misterix” y apuntaló su carrera en la idea de no copiarse a sí mismo, sino que se regía por un lema implícito: “Voy hacia lo que no empezó”. El buscador de nuevas formas de decir sus propias ideas visiones del mundo real, transformó su vida con su única arma, el dibujo. La idea principal de Oesterheld, fue volver a recuperar la idea del náufrago del tiempo que había experimentado junto al dibujante Francisco Solano López con “El Eternauta”. El guionista le propuso la labor en conjunto a Breccia, con quien había trabajado en “Scherlock Time”.




POBREZA EXTREMA

Eran tiempos duros para ambos, Oesterheld venia de cerrar su editorial “Frontera” por problemas económicos y afrontaba muchas deudas, por eso no dudo en volver a trabajar bajo dependencia para la segunda etapa de la mística revista Misterix, de la Editorial Yago, mientras Breccia, afrontaba la enfermedad terminal de su esposa, una afección renal, teniendo que firmar un certificado de pobreza para poder afrontar el momento de mishiadura que estaba afrontando junto a su familia.


Las deudas era moneda frecuente en la vida del guionista y dibujante. El mismo Oesterheld, comentó sobre la coyuntura estructural que rodeó la producción de esa historieta: “Fue hecho en una época mía muy jodida, habían sonado las revistas. Frontera había reventado y yo trabajaba para la empresa que hacía VEA Y LEA que hasta entonces había continuado sacando por un tiempo HORA CERO y FRONTERA. El trabajo de Mort Cinder lo tomé por unos mangos que me dieron, me daban muy poco. Aunque me hubieran dado la mitad agarraba igual”.

 Por el lado del dibujante las cosas no eran muy distintas. En la entrevista realizada en 1973 para la revista española Bang!, Breccia, señaló: “En ese periodo mi esposa enfermó muy grave, se le hizo un trasplante de riñón y al final murió. Esto me hundió en todos los sentidos, moral y económicamente. Entonces dejé la historieta, cuando ya había dibujado 206 páginas de “Mort Cinder”, porque mientras lo estaba haciendo yo tenía que ir a los institutos de fabricantes de remedios y pedir medicamentos con certificado de indigencia, porque yo ganaba entonces 4.500 pesos a la semana y mi mujer necesitaba 5.000 pesos diarios de remedios”.

Las deudas los seguían todo el tiempo, y las panzas hambrientas de sus hijos, fueron el motor de esa obra maestra a nivel mundial que fue Mort Cinder.

El hambre era la escena principal en la vida de la familia del dibujante. Su hija, Cristina Breccia, recordó a  esos años de acreedores que lo instigaban a pagar deudas: “El acreedor que hipotecó tres veces nuestra casa se llamaba Bastaroli y debo rescatar que no la remató porque tenía buenas intenciones con mi viejo. Muchas veces yo misma tenía que decirle que no teníamos plata, era una situación horrible. Pasábamos muchos días sin comer y el dolor era como un calambre que te tuerce en dos, eso es el hambre. A dos meses de la muerte de mi mamá, bajé diez kilos y él tenía una angustia infernal, por suerte nos ayudaron los vecinos que cuando se dieron cuenta nos daban de comer. Mi viejo se forzó para salir de ese pozo anímico y económico, por nosotros, su familia. Por eso mi padre fue el mejor de los padres”.





 DESDE LAS ENTRAÑAS

Las aventuras del inmortal testigo de los tiempos, un personaje que muere una y otra vez y naufraga por la historia universal, le gustó de entrada a Breccia que venía haciendo changas, laburos minúsculos. Luego de una reunión con el guionista, el dibujante se enfrentó al primer obstáculo.

 En la entrevista realizada para la revista HGO en 1987, Breccia puntualizó en el pedido especial que le hizo al guionista: “Cuando Héctor me dio el argumento empecé a buscarle el punto justo, que a los dos nos conformara. Por lo que hubo varias idas y vueltas con el asunto del guión. Luego empecé a buscar la cara del protagonista. Practicaba rostros pero ninguno me convencía. Le pido por lo tanto a Héctor que retrase la aparición de Mort Cinder. Mientras tanto, dibujo su propio rostro, a los que les sumo varios años de más, para que sea la cara visible del anticuario Ezra Winston, que fue protagonista de la primera aventura y luego la pareja perfecta para el inmortal: "Quería entrar en escena con el papel de Ezra Winston, el “narrador”. Me miré en un espejo y traté de imaginar el rostro que podría tener cuando fuera viejo. Imagínese que me divertía en imaginar a mis hijas pequeñitas cuando fueron señoritas y fueron exactamente como las imaginé”.

Luego de 28 páginas, apareció desde una lápida en el cementerio, una sombra de un rostro que dijo; ¡Soy Mort Cinder!


Es evidente al leer esta historieta, que se hizo paso a paso, con sudor y sangre y con la necesidad urgente de salir de la pobreza extrema a la que sus creadores estaban sometidos.

 No hace falta tener herramientas teóricas o semióticas para llegar a esa conclusión. Oesterheld, fue preciso al remarcar que en este argumento puso la experiencia adquirida en esos tiempos donde en su editorial, escribía todos los guiones de los personajes: “Empecé la tira a fuerza de oficio, acumulando golpes de efecto y tratando de hilvanar una historia que fue creciendo un poco al hacerla. Yo no tenía tiempo- por todas las cosas que hacia- a detenerme una tarde a pensarla un poco (…) Las deficiencias, las indefiniciones de Mort Cinder salen de ahí. La indefinición que tiene la pintan como un acierto. Sería mentir si yo dijera que es un acierto. En realidad es una hija de las circunstancias”. El guionista también mencionó que la obra que tiene como eje a la muerte y los viajes por el tiempo tiene como componentes muchas de las cosas que le pasaban a él y al dibujante: “Mort Cinder es la muerte que no termina de serlo. Un héroe que muere y resucita. En Mort Cinder hay angustia, hay tortura. Respondía quizás a un particular momento mío, pero mucho de ese clima lo determinó Breccia, mucho más torturado que yo. El dibujo de Breccia tiene una cuarta dimensión de sugestión que lo aparta de los demás dibujos que conozco, esa sugestión inacabable lo valoriza y suscita ideas en el guionista”.

En ese argumento el dibujante experimentó con el martillo al pincel, la gillete a la pluma y utilizó recursos técnicos innovadores que le permitieron construir una distancia respecto de la elite artística. Todo servía para comunicar y Breccia usó todo a su alcance para cumplir esa misión de transmitir la idea inicial de Oesterheld, así lo explicó en el documental Maestros del Cómic: “Es muy frecuente caer en la trampa de no considerar al blanco como color porque el papel es blanco, entonces generalmente se utiliza el negro, es decir, se dibuja con negro y al blanco no se lo tiene en cuenta porque es papel, pero si yo hago mi historieta en blanco y negro sobre papel verde, estoy obligado a usar al blanco como color, con los mismos valores con los que utilizo al negro. Es una cosa muy tonta, pero tiene una enorme importancia. Y en Mort Cinder había estudios muy profundos de iluminación, con lámparas, con velas, yo estudiaba con mucho cuidado la iluminación, buscando efectos que me importaban y utilizando en aquel entonces, las hojas de afeitar parar trabajar en lugar de la pluma o del pincel, por eso casi todas las líneas de esa obra están hechas con ese elemento con los que se logra efectos muy lindos, porque también puede ser usada como espátula, le da mucha frescura al trabajo, mucha soltura y rigor. He usado hasta manubrios de bicicleta para dibujar, lo cual puede parecer exótico pero lo hice. Todo es utilizable, porque si yo necesito hacer una historieta donde tengo que lograr un efecto especial y para eso necesito dibujar con un martillo, lo voy a hacer, no tengo porque dibujar con la pluma que establece la biblia del dibujo .Yo voy a buscar la herramienta que me haga falta y todo es posible hacer y todo es válido”.

Según el escritor e historiador de la historieta de las viñetas nacionales, Guillermo Saccomanno en el prólogo de esta obra publicada en la colección Biblioteca Clarín de la historieta, el rasgo principal de esta obra es estar adelantada a sus tiempos: “Así como a Oesterheld le entusiasmaba la literatura y a Breccia la experimentación plástica, a sus colegas les interesaba seguir los standards. Oesterheld y Breccia tenían conciencia de su trabajo y eran una élite. Digámoslo, una vanguardia. Esta situación, creo, explica mejor por qué hoy siguen vigentes mientras que a sus contemporáneos le tocó la suerte de la añoranza naive”. Además, Saccomanno profundizó sobre el contexto histórico donde fue desarrollada esta historieta: “Si se contextualiza la obra se notará que el suyo es un tiempo de presagios sociales dramáticos. La inestabilidad democrática, el peronismo proscripto, los sucesivos cuartelazos, el retroceso de las conquistas gremiales y los planes de lucha obrera son datos que hay que tener en cuenta”.


Evidentemente, el entorno social y político del país y las precarias condiciones económicas de los autores, son elementos a tener en cuenta a la hora de leer esta obra de vanguardia, insuperable pese al paso de los años.


Publicado originalmente en Desalambrar 10/10/2014

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Tinta en la sangre



Por Pabla Ochoa 


Alberto Breccia nació en Uruguay en 1919, vivió su infancia en Buenos Aires donde murió el 10 de noviembre de 1993, paradójicamente el día del dibujante.

Breccia fue un artista que se atrevió a navegar en el mar profundo de la experimentación. Con vientos fuertes y profundas tormentas, siempre tuvo un horizonte claro y conciso que se convirtió en la brújula que guió su transitar en el trabajo gráfico. Buscador indomable del relato, no se detuvo en una sola fórmula enunciativa que sea políticamente correcta para la industria, sino que descubrió distintas formas retóricas en su obra, desafiando a editores, colegas y a su propio lector.

Siempre se consideró un trabajador y no un artista privilegiado de la aristocracia cultural. Las primeras historietas que ilustró y escribió fueron denominadas por el mismo Breccia como “trabajos para pucherear”.



El cambio en su estilo se efectúa cuando Héctor Germán Oesterheld le ofrece hacer Sherlock Time, ambos generan un lenguaje renovador para la historieta. El artista plástico, Carlos Nine, puntualizó ese cambio gráfico del dibujante; “Yo fui muy impactado por "Sherlock Time. Fue una lectura de la adolescencia y esas experiencias son imborrables. No podía creer que fuera el mismo dibujante que hacía "Vito Nervio" meses atrás, pensé que se había vuelto loco”.


OBRA MAESTRA

En 1962, ambos realizan Mort Cinder y con el tiempo se convierte en una obra importante a nivel mundial. En ese argumento el dibujante experimentó con el martillo al pincel, la gillette a la pluma y con la utilización de recursos técnicos innovadores que le permitieron construir una distancia respecto de la élite artística.

Irma Dariozzi de Breccia, compañera de la vida del dibujante, describió un elemento fundamental entre la relación del lector y esa gráfica precursora para la época: “Mort Cinder no vendía, la gente no comprendía a esa historieta que era distinta a las del estilo clásico de aventuras. Había muchas cosas ahí, motivo que la convertía en una revista que no interesaba, se ondulaban en los kioscos por el viento y el frío quedando bastantes arruinadas porque no las compraban. Tengo dos ejemplares, uno que compré y otro que me lo regalo Alberto, ahora son piezas de colección de alto valor económico, es parte de las rarezas que tiene la vida”.



 El rostro del personaje central es el rostro del ayudante que tenía en esos momentos, Horacio Lalia. El dibujante que reside actualmente en Ramos Mejia, recordó esa situación en particular: "Como estaba permanentemente conmigo, empezó a ver mi cara a la que estaba acostumbrado a dibujarla y la torturó para que sea la de un tipo de 40 años que venía de la muerte. Tenía la mitad de la edad del personaje creado por Oesterheld, por eso nunca imaginé que iba a quedar definitivamente mi rostro. Nunca me comentó o me pidió permiso para usar mis rasgos, simplemente sucedió”.



HISTORIETA Y POLÍTICA

La biografía del revolucionario Ernesto “Che” Guevara que ilustró junto a su hijo Enrique en 1968, recibió como contrapartida de la expresión del sector de la oligarquía, una editorial por parte del diario La Nación que defenestró la obra. Además, el gobierno de facto de Onganía, quemó los originales y secuestró las revistas. Breccia, enterró en el jardín de su casa de Haedo un ejemplar, siendo actualmente el que posibilita su reimpresión en el mundo.


En distintas entrevistas, Enrique Breccia comentó la diferencia ideológica con su padre en relación a la figura del Che: “Mi primer contacto con el mundo del cómic fue una propuesta que nos hizo a mi padre y a mí Héctor Oesterheld sobre la vida del Che Guevara, con guiones por separado, de forma deliberada, porque la visión que teníamos del mismo personaje mi padre y yo era completamente diferente. Mi padre era un admirador ferviente del Che Guevara y yo, por mi militancia política de aquél entonces, tenía una diferente. De todas maneras, me atraía el personaje. Así que cada uno dibujó el cómic en su casa e hicimos un pacto de no vernos durante el mes y medio que duró el proceso creativo”.

En mayo de 1969, la revista GENTE de Editorial Atlántida publicó una nueva versión de El Eternauta que lo tuvo como dibujante de ese argumento de ciencia ficción publicado originalmente en 1957. La experimentación gráfica fue criticada por los lectores y desde una editorial específica GENTE pidió disculpas por ese cómic llena de connotaciones políticas.


 En referencia a la historieta dibujada por él mismo, Francisco Solano López, en una actividad realizada en Moreno a fines del año 2008, pinceló las sensaciones encontradas por la sociedad entre el narrador de aventuras y el artista en contramano de la industria cultural: “Para mí fue muy difícil juzgar esa obra, porque no estaba en el país en ese momento sino en España, por eso entendí que tuvieran la necesidad de reproducir la historia. Lo que no había advertido era el cambio político y la nueva vuelta de tuerca que le estaba dando Oesterheld a la historia. Tanto él como el dibujante habían sufrido una evolución política que si yo hubiera estado cerca, posiblemente hubiéramos intercambiado ideas y a lo mejor salía algo parecido o no a lo publicado, pero la verdad es que fue una historieta hecha en complicidad con Breccia”.

Su hija Patricia Breccia, explicó la postura política por parte de su padre: “Él se consideraba un hombre de izquierda, pero no de las izquierdas conocidas, tenía una manera justa, sabia y sensible de considerar la vida y la vida de los demás. No toleraba los totalitarismos de unos ni de otros. Era un tipo amplio, democrático, siempre de lado del que menos tenía, con una enorme empatía por todos y hacia todos”.

En la misma sintonía de pensamiento, Nine se refirió al respecto: ”Breccia se comprometió ideológicamente, aunque no políticamente. Esta diferencia es sustancial. Creía en determinadas ideas. Por ejemplo considerar a los dibujantes como trabajadores, no como aristócratas. Sentía que los partidos políticos con los que tuvo que convivir en su época no lo representaban. Es lo mismo que siente mucha gente hoy”.


Breccia fue una avalancha de paisajes y zonas desconocidas que demandan aún hoy la atención permanente. La diversidad artística de sus obras debe ser leída como una pieza única y no como piezas sueltas. Su trazo fue un amplio abanico de expresión de sus ideas que permanece vigente en estos tiempos modernos.