Por Pavla Ochoa
No duda ni
un segundo en sellar el pacto con una propuesta de canje en el corazón de
Caballito; “El Parque Rivadavia”:
- Yo te hago la tapa y las ilustraciones y vos
me das libros a cambio…
- Más bien- respondió Yoel al viejo que le va a dibujar
su libro sobre vampirismo.
Alberto, se
va a su casa y días después comienza a dibujar la epístola con toda su
erudición y sobre un pequeño diccionario vampírico armado por el propio Yoel.
Ilustra a
Erzsébeth Báthory, a Ardisson “el
vampiro de Muy”, al Doctor Fausto, a Garayo, entre otros personajes que practicaron por el mundo el vampirismo .
Es algo que le gusta dibujar.
Al terminar
el laburo, hacen el intercambio. Yoel recibe los originales y Breccia un montón
de libros que le gustan.
El
coleccionista de antigüedades y escultor, le cuenta que consiguió un editor
interesado en publicarlo, con la salvedad de que el dibujante otorgue a favor
de Yoel , una cesión de los derechos de publicación de los dibujos.
- ¡Qué hinchapelotas! - dijo el viejo.
- Y ya que estamos, ¿por qué en vez de un
manuscrito pelotudo, no hace un dibujito?
Ahí sin
aviso, empieza a hacer esa pieza fundamental de ese juego ilustrativo. Un
autorretrato magnífico.
Antes de la
publicación del libro, Alberto habló desde el hospital con Yoel:
-
Escuchame… Cuando salga del hospital paso por tu casa a buscar los libros que
te dejé separados. Vos movete, gastate dos películas para las ilustraciones,
una para los grises. A ver si me das una sorpresa… ¡En cualquier momento me
aparezco por el parque!
El viejo, está
entusiasmado con la operación quirúrgica que le van hace, espera curarse y
aliviar el dolor;
-Esta operación es para quedar como estaba, no
para quedar bien. Para quedar bien se trata de una operación mucho más intensa
y para alguien que quiera disponer de un promedio de vida de digamos, quince
años.
-Bueno, don Alberto ¿Por qué no intentarlo, por qué restringirse?
- ¡No Yoel!
¿Sabés que pasa? Son tantos los amigos que han muerto y me han dejado,
que estoy aburrido... ¿Entendés? Los amigos
se van y no vuelven. Estoy podrido..
Al día
siguiente, esa operación quirúrgica le destapó su propia muerte. Alberto, no llegó a ver la edición final de la
“Epistola vampírica”. Yoel, se quedó con ese gesto de amistad de hacer las
ilustraciones y con sus últimas palabras que le siguen retumbando en los oídos; “Los amigos se van y no vuelven”.
Fuente;
-Charla de lx autorx con Eduardo Orenstein-09-02-2025
https://yoelnovoa.blogspot.com/2009/06/la-epistola-vampirica-que-ilustrara.html
https://yoelnovoa.blogspot.com/2008/12/beccia-no-le-gustaba-seghuir-vivo-entre.html
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