miércoles, 26 de febrero de 2025

Llorar tinta

 

Por Pavla Ochoa

No para de llorar. Esta encerrado en el baño, desesperado, la angustia le atraviesa el pecho. No consigue dibujar bien manos. Cada semana que se acerca la entrega de las páginas de Mort Cinder, sufre. Y no es que no intenta mejorar, al contrario, todos los días después de trabajar, se pone hacer manos.

Llora, pero no solo por lo que no le sale al dibujar. Llora de ver a Neli, agotada después de la diálisis. Del esfuerzo que hace para estar con su familia. Pese a estar agotada, y de casi un día entero en la cama, ella se levanta para estar con sus seres amados. Cada mate compartido es la vida eterna en cinco minutos. Miran sin mirar, televisión. Es la excusa de estar juntos, son pocas horas de felicidad a cuentagotas. Neli, le enseña que hay que aprovechar cada momento de felicidad.




No para de llorar. Las deudas son insostenibles. La casa que construyeron con su compañera, está hipotecada, al límite de perderse. Los medicamentos que necesita Neli, valen 5.000 pesos por día y él cobra 4.500 pesos por semana. No le dan lo números.  Hace lo que puede, pero no alcanza. Siente miedo. No miedo quedarse solo con los chicos, sino miedo a lo que puede venir; “la hecatombe”. La pérdida de la madre para los pibes, la situación económica. Sabe que él solo se la puede bancar, porque ya vivió situaciones de mishiadura. Pero si tiene miedo por los que dependen de él.

No para de llorar. No llora solamente porque no le sale dibujar manos, siempre dibujo a partir del esfuerzo. Llora porque le pesa el mundo en sus manos.

No hay comentarios: