sábado, 8 de febrero de 2025

Primer trabajo en Editorial Quinterno; “Jean de Martinica”

 Por Pavla Ochoa

 

Lo escucha, cada palabra, cada gesto es dinamita pura que estalla en las entrañas de Alberto. El hombre que parece un gigante a su lado no para de dar explicaciones de cómo se construye una página de historieta. Lo hace con la experiencia adquirida. Él  observa detenido y asombrado a esa persona que solo le lleva diez años de edad y es uno de los editores y creadores más reconocido del ambiente, abalado por su famosa creación Patoruzú. Sin titubeo, Dante Raúl Quinterno con una amplia paciencia le explica de la importancia de usar los primeros planos. Es la primera vez que le dan una lección. El señor dibujante usa su propia página de “Jean de Martinica” que realizó para la prueba de ingreso de esa editorial , para remarcar lo que no se debe hacer. El pretendiente a ser el “Disney argentino”, después de haber producido el primer cortometraje  a color en la Argentina, “Upa en apuro”, siente el olor de furia y tristeza que se desprende de los ojos del joven aspirante a un puesto de dibujante en su empresa. Rápido de reflejo, le da una nueva oportunidad. Tito, sin pelos en la lengua le agradece el gesto pero le dice con profunda honestidad, que no se siente en condiciones de poder dibujar lo que le exige. Se dan la mano y se cierra la entrevista laboral. Al salir, todo es rabia e impotencia. Está sin trabajo y con un hijo que alimentar. La milonga de la pobreza se descose e invade su herida. No hay direcciones que le indiquen donde ir. Vuelve a llorar. Es un océano de lágrimas que lo abarca todo.





LA REVANCHA

 

Con su traje de errante, llega otra vez a las oficinas del editor del momento y presiente que todo será diferente en relación al primer encuentro entre ambos. Desde hace semanas que no habla de otro tema. La revancha se convierte en su sana obsesión.

Dibuja todo lo que aparece explicito en el argumento y a la vez, también lo que no se menciona. Sangra cada trazo que da sus manos. Borronea y amontona intentos fallidos. Nelida escucha, sentada en una silla de madera, y abraza con su instinto maternal al pequeño Enrique. Ambos, ven como la única salida a “Jean de la Martinica” para abandonar ese  mundo que los oprime sin descanso todas las mañanas, todas las tardes, todas las noches, sin separarse un momento de sus cuerpos.


Editorial Quinterno fue la aventura de caminar nuevos senderos con un horizonte artístico y comercial que invitaba a los dibujantes a dejar de trabajar varias historietas en simultaneo,  dejar la precariedad laboral y las limitaciones en el plano económico por los tirajes pequeños del mercado interno. En esas paredes se respira el aire renovador de una industria cultural en alza, que genera que crezca el profesionalismo y la especialización.

 



Él percibe un antes y después en su trabajo de dibujar. Hasta ese momento lo que sucede en otros lados es que el dibujante hace los guiones, letra, color; no barre el piso de la editorial por casualidad. Acá   Quinterno, que pretende dignificar el oficio, llama a guionistas y dibujantes y los hace trabajar en equipo.

 Reconoce la transformación de un engranaje editorial patronal  que solo veía  a su obrero artista como una mercancía más de su propio capital.  Y se sorprende que ese hombre joven pero con un enorme prestigio acepta, esta vez, sin rodeos su página de historieta.

 

-¿ Cuanto cobraba en Láinez, muchacho?

 

-Por cada página un peso y el trabajo incluía el guión, el dibujo y la máscara de color, porque muchas de las historieta iba en la tapa de la revista Tit- Bits.

 

-¡ Eso es un afano! Desde este instante toda va a cambiar, amigo. Confié en mí.



Sin rodeos, ingresó a ese proceso de transformación de la industria del entretenimiento. Siente que es la consagración ser parte del staff de una revista nueva pero que pisa fuerte en sus lectores. Como por arte de magia, esa bandada de buitres que siempre lo persigue, desaparece. Empieza a vivir mejor. Pero al estar dentro de esa empresa, percibe las normativas inviolables de convivencia.  El universo Quinterno posee personajes paternalistas, xenófobas y clasistas, un nacionalismo conservador, sin maquillaje. Tiene libertad para trabajar, siempre que no haya sexo, excesiva violencia, cadáveres mutilados. “Patoruzito” es una revista que pretende ir dirigida a la familia y eso está claro desde el inicio.

 En poco tiempo, Breccia recibe como caída del cielo la invitación a jugar en primera: Vito Nervio.

 


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