Por Pavla Ochoa
Lejos de la
experimentación de Mort Cinder, El Eternauta o Perramus, esta historieta que
cuenta las historias de una niña, fue hecha en su integridad por Alberto
Breccia y es el pilar en la carrera de un artista que quiso ser humorista y
terminó siendo el dibujante más reconocido mundialmente en el universo de las
aventuras a cuadros.
En junio de
1941 apareció en la revista Espinaca “Mariquita Terremoto”. Esta tira cómica
tiene como disparador narrativa a una anécdota o situación particular y el
cierre de cada aventura la tiene la contestataria niña que vive en una casa
humilde con su tío Don Nicola y un par de ratones que circulan sin patentes.
La historieta es un reflejo directo de la mishiadura social de las personas que viven en el Buenos Aires de la más extrema pobreza y no en el que describió Scalabrini Ortiz su novela “El Hombre que está solo y espera”, donde la figura del porteño como sujeto social es la excusa para describir la riquezas de este lado del río que buscaba tener similitudes estructurales con los países europeos. Pero también es la muestra de la peor época económica de Breccia, que pese a las dificultades eligió el duro oficio de dibujar.
En una vieja entrevista realizada por Juan Sasturain, es el mismo Alberto Breccia, quien es el encargado de describir a la niña: “Mariquita Terremoto era una piba traviesa. Se me ocurrió a mí ese chiste. La propuse y les gustó. Era una nena muy traviesa, pecosa, con un gran moño. En aquel entonces todo eran guiones míos, no tenía para pagar a un guionista y no daba repartir un peso entre dos”.
La creación
de Breccia, viene a ser un precedente muy primitivo de la niña más reconocida
de la historieta argentina. "Venía a ser una anticipación de Mafalda,
Periquita y la Pequeña Lulú. Fue una de las primeras historietas con una niña
como protagonista”; explicó el dibujante sobre el personaje que le daba nombre
a su historieta. Además, destacó a este trabajo como el primero que le brindó
acercamiento directo con el lector: “Mariquita Terremoto fue personaje que
alcanzó bastante popularidad en su momento, al punto que era común oír aplicar
ese nombre a las chiquilinas traviesas”.
BRECCIA Y
EL HUMOR
“La
influencia del dibujo humorístico norteamericano es muy fuerte; él leía a todos
los renovadores de los años 30, porque además era lo que él quería hacer cuando
empezó, todo eso le quedó latente durante años”; advierte, Juan Sasturain, para
entender el tratamiento gráfico de Mariquita Terremoto. En su visita a Moreno
en el 2013, Carlos Garaycochea, humorista y amigo del dibujante, apuntó a la
observación como característica medular para la caricaturización de hechos de
la realidad: “Creo que la tarea de un humorista honesto es dar observación,
inteligencia y dar humor que se pueda hacer delante de toda la familia”.
En cambio, el ex ayudante y alumno de Breccia, Horacio Lalia, señaló a Desalambrar que el humor y la aventura no van de la mano: “En el humor importa el chiste y el momento, pero es diferente a lo nuestro, dibujantes de revista. Por eso el humor no es como la historieta y lamentablemente no podemos hacer algo combinado. Somos como tribus diferentes”.
Esa
asimetría que mencionó Lalia en Breccia nunca existió. Él era oriundo del humor
y pese a ingresar al universo del dibujo serio, nunca abandonó la pasión por
esa forma gráfica, más sencilla pero a la vez compleja que es el arte de hacer
reír. En la entrevista realizada por su colega, Oscar Vázquez Lucio (Siulnas)
en 1989, confesó sin tabúes: “Siempre me gustó más el dibujo humorístico que el
serio, aún hoy”.
(Publicado
originalmente en Desalambrar Noticias el 6 de febrero de 2015 ; https://desalambrar.com.ar/arc/Hija-de-la-mishiadura
)
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