Pavla Ochoa
Son más que amigos, son familia. Los une dos hermanas, sus dos esposas; Delia y Neli. Él se enamoró en esos días de 1948 de la letrista de la revista Aventura y ahí también conoció a Alberto.
Tuvieron química entre ellos y conectaron en el esfuerzo que le dedicaban a su trabajo.
Tito, limita su trabajo a las adaptaciones graficas de películas;
“El Delator”, “Sin Novedad en el Frente” “La Madre”, “El Jorabado de Notre Dame”,
son algunos de los trabajos que se comparten como materia opinable, que les
permita crecer mutuamente.
Eugenio le deja ver que es lector de historietas. Todas las semanas en sus inicios imitó y copió una página de Alex Raymond, que salía años atrás en un suplemento del diario Crítica. Ama las viñetas y sus componentes y por eso no le oculta su primer trabajo en Columba que fue calcar historietas de Superman y Batman para publicarlas e blanco y negro. Alberto, lo escucha y comienza a respetar su andar.Ahora , ese joven en “Aventura” es armador y retocador, donde recorta las historietas cuadro por cuadro, las vuelve a disponer y las tiene que rellenar con cuadritos que respeten la Eugenio le confiesa que siente que ahora comienza a trabajar de lo que le apasiona.
Tiene brillo en la mirada al ver qué tiene como colega y amigo a quien trabaja en Editorial Quinterno y eso hace que no pare de preguntarle muchas cosas, de estrujarlo como una esponja de conocimientos.
Sabe que hay destacados dibujantes de historietas, de ilustración, pero que Tito, hace todo excelente y es porque tiene un talento sobrenatural, resultado de hacer de sus limitaciones técnicas, una virtud.Aunque Alberto, en esos dias lo vive distinto. Porque siente que no sabe dibujar y eso le provoca mucha angustia . No hay alegría todo lo contrario, no le gusta nada de lo que está haciendo. Es Neli, la única que lo alienta todos los días a seguir intentando mejorar en el tablero.
Las charlas entre ambos son eternas cada día y es por eso que cada fin de semana la siguen en la casa de sus suegros. Ahi el centro de las charlas de los dos concuñados sigue siendo la misma de siempre ; "la historieta".
Un día, Pipiolo se anima a plantearle a Eugenio un problema de resolución de posturas con el nuevo personaje que estaba dibujando; Vito Nervio.
El dibujante
autodidacta, sabe que Breccia es enemigo del dibujo académico y que tiene
muchos problemas de anatomía, pero que los disimula. Lo mira a los ojos, ve la
honesta confesión, la imposibilidad hecha palabra y como un rayo en la
oscuridad se le viene una idea resolutiva: “Te voy a posar de cuerpo entero y
vos ahí vas dibujando, probando cosas”.
- ¿Te
parece?
-Claro, por
mi delgadez voy bien con el perfil de Vito.
No paran de
reír y se dejan a la aventura.
Sonríe al
agarrar elementos de la cocina familiar o del galpón de herramientas y posar
acciones del famoso detective porteño.
Alberto, dibuja, no para de hacerlo. Eugenio le hace usar contrastes y a hacer un dibujo mucho más sencillo. Un inicio de acercamiento a un futuro Breccia que Pipiolo desconoce pero que comienza a surgir con las locuras improvisadas de su primer modelo del personaje creado Mirco Repetto y Emilio Cortiñas. Ahí está el quiebre de su hacer.
Ambos amigos, siguen haciendo locuras entre risas. Neli desde el comedor familiar ve a su compañero vivir el amor en plenitud y respira. Algo está cambiando . Esa angustia le da lugar a la alegría. La mano se empieza a soltar, a liberar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario