sábado, 11 de enero de 2025

La semilla de Frontera

 Por Pavla Ochoa


Sonríe todo el tiempo.

Está rodeado de amigos, de colegas de aventuras.

Ugo toca la guitarra y canta mezclando castellano e italiano, lo acompaña un vaso de vino que no se aleja de su lado. Un tipo divertido que sabe hacer cualquier cosa.

De lejos, escucha sin prestar mucha atención a Héctor que habla fuerte en otra ronda armada improvisadamente en la casa. No lo conoce, pero ve que Narciso Bayon, Enrique Lipszyc, Francisco Solano López. El Negro Pereyra y los muchachos italianos que habían venido a Argentina con el anfitrión de la tertulia, paran la oreja para ver de qué viene la cosa.  




“La historieta es mala cuando se la hace mal. La buena es la que sabe ser a la vez reacia y alegre, violenta y humana. La historieta que agarra con recursos limpios de buena ley, sorprende al lector porque es nueva, porque es original, es moderna”; la palabra de Oesterheld es filosa y desafiante.

Y mirando fijamente a los ojos les dice; “Vamos hacer algo diferente y en cierto momento cuando la editorial tenga ganancias van a tener todos una participación societal y cooperativa en la editorial”.

- ¿Cómo sería eso?; preguntó Solano como tratando de entender de lo que habla el guionista..

-Supongamos que en las editoriales pagan promedio $20 el cuadrito, nosotros vamos a pagar $30, pero no lo tenemos.

Alberto se sorprende que ante tanta honestidad brutal, la mayoría está dispuesta a sumarse a esa odisea que propone el escritor del Sargento Kird.  Está siendo testigo sin saber del nacimiento de “Frontera”.

 



Levanta la mirada y ve que Ugo con sus ojos azules medio verdes, airado y todo el blanco de los ojos lleno de estrías rojas, ahora está cantando un tango inentendible.

Se queda con el escritor que dibuja o el dibujante que escribe. Elige quedarse en la alegría de sus amigos, en sus sueños.

Recién dos años después de esa noche, el Negro Pereyra lo convoca para sumarse a la editorial. Lo anuncian con bombos y platillos en página completa como la joya más preciada para sus lectores; “He aquí las dos últimas grandes adquisiciones que enriquecerán aún más a Hora Cero. El incomparable dibujo de Alberto Breccia, uno de los pocos verdaderos señores de la historieta (creador de Vito Nervio, Pancho Lopez, etc) y Sherlock Time, otro personaje que pleno de vigor y de originalidad se incorpora a nuestro imbatible seleccionado de grandes héroes”.



 Alberto comienza una nueva forma de encarar su trabajo y está vez quien pone la música es Oesterheld y él está dispuesto a bailar sin pisarse los pies.





 

 Foto del brindis de fin de año de la Editorial Frontera, 1959-1960: aparecen Oesterheld, Breccia, Pratt, Solano López y Pereyra, entre otros. Imagen: Archivo Zárate; https://www.pagina12.com.ar/792530-ano-nuevo-hora-cero

 


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