Por Pavla Ochoa
Sonríe todo
el tiempo.
Está rodeado
de amigos, de colegas de aventuras.
Ugo toca la
guitarra y canta mezclando castellano e italiano, lo acompaña un vaso de vino
que no se aleja de su lado. Un tipo divertido que sabe hacer cualquier cosa.
De lejos,
escucha sin prestar mucha atención a Héctor que habla fuerte en otra ronda
armada improvisadamente en la casa. No lo conoce, pero ve que Narciso Bayon,
Enrique Lipszyc, Francisco Solano López. El Negro Pereyra y los muchachos
italianos que habían venido a Argentina con el anfitrión de la tertulia, paran la oreja para ver de qué viene la cosa.
“La
historieta es mala cuando se la hace mal. La buena es la que sabe ser a la vez
reacia y alegre, violenta y humana. La historieta que agarra con recursos
limpios de buena ley, sorprende al lector porque es nueva, porque es original,
es moderna”; la palabra de Oesterheld es filosa y desafiante.
Y mirando
fijamente a los ojos les dice; “Vamos hacer algo diferente y en cierto momento
cuando la editorial tenga ganancias van a tener todos una participación
societal y cooperativa en la editorial”.
- ¿Cómo sería
eso?; preguntó Solano como tratando de entender de lo que habla el guionista..
-Supongamos
que en las editoriales pagan promedio $20 el cuadrito, nosotros vamos a pagar
$30, pero no lo tenemos.
Alberto se
sorprende que ante tanta honestidad brutal, la mayoría está dispuesta a sumarse
a esa odisea que propone el escritor del Sargento Kird. Está siendo testigo sin saber del nacimiento
de “Frontera”.
Levanta la mirada y ve que Ugo con sus ojos azules medio verdes, airado y todo el blanco de los ojos lleno de estrías rojas, ahora está cantando un tango inentendible.
Se queda
con el escritor que dibuja o el dibujante que escribe. Elige quedarse en la alegría
de sus amigos, en sus sueños.
Recién dos
años después de esa noche, el Negro Pereyra lo convoca para sumarse a la
editorial. Lo anuncian con bombos y platillos en página completa como la joya
más preciada para sus lectores; “He aquí las dos últimas grandes adquisiciones
que enriquecerán aún más a Hora Cero. El incomparable dibujo de Alberto
Breccia, uno de los pocos verdaderos señores de la historieta (creador de Vito
Nervio, Pancho Lopez, etc) y Sherlock Time, otro personaje que pleno de vigor y
de originalidad se incorpora a nuestro imbatible seleccionado de grandes héroes”.
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