miércoles, 4 de enero de 2023

El Errante

 

Por Pavla Ochoa-  En mayo de 1967, aparece en las páginas de la revista “D’Artagnan”, la primera aventura de un personaje que con el paso del tiempo se convirtió en un verdadero clásico de la historieta argentina, Nippur de Lagash.


La creación de este personaje, es resultado de la amistad de dos jóvenes que compartían el interés por la sumeriología y por la historia de los pueblos de la antigüedad. El dibujante, Lucho Olivera y el escritor, Robin Wood, se pasaban horas y horas hablando de ese momento histórico que los apasionaba a ambos. Un día, Olivera cansado de los guiones que le entregaba la Editorial Columba para que los ilustrara, le pide a su joven amigo, a quien había conocido en un curso de dibujo, que le escriba algo. De esa simple forma, nace de la pluma de ese joven que vivía en una pensión y que trabaja en una fábrica en Martínez, el argumento de nombre “Historia para Lagash”. Lo asombroso, es que Wood se informó de que su episodio había sido publicado en la revista D’Artagnan número 151, cuando la vio exhibida en los kioscos. Inmediatamente fue a la editorial a exigir el pago y le pidieron que escribiera más aventuras del héroe errante.




El coautor de este emblemático personaje, Robin Wood, describió la dificultad creativa con la que se enfrentó a escribir la primera aventura de Nippur: “Yo leía sobre sumeriología y había dos ciudades importantes; Nippur y Lagash. Y en ese momento cuando Lucho me dijo “hacete algo”, yo dije ”bueno”, un guerrero”; ahora, ¿cómo corno se llamaba un guerrero en la Mesopotamia? Pepe no se llamaba. Entonces se me ocurrió la idea; está la ciudad de Nippur y está la ciudad de Lagash y el padre de Nippur nació en Lagash o viceversa. Le puse a él el nombre de una ciudad y lo hice vivir en otra. Así de simple, fue una emergencia”. En esa sintonía de la inmediatez , Lucho Olivera, relató la idea inicial que desembocó en el personaje más reconocido de la Editorial Columba: “Queríamos hacer un hombre mayor, pero en un estado físico perfecto, un hombre vivido, extremadamente fuerte, salvaje, pero al mismo tiempo sensible, sumamente hábil, un gran cazador, un tipo fibroso, una especie de rastreador que sentir el pájaro…porque él es dentro de todo un príncipe destronado como Ulises…Él pierde su ciudad, pierde su mujer, pierde su rey y tiene que salir a andar por el mundo antiguo”.

Los lectores reaccionaron ante esa historia inicial y comenzaron a enviar cartas, preguntado sobre el futuro del personaje que los había deslumbrado. Y de un modo sencillo y sin rodeos filosóficos, Nippur y Robin Wood, comenzaron juntos en el mundo de la historieta argentina.

 

 

AGUAS DE LA HISTORIETA…AGUAS DE LA POLÍTICA

 

Las historias de Nippur de Lagash se publicaron sin interrupciones desde 1967 hasta 1998. Un personaje que era un guerrero, pero a la vez es un sabio, tiene voluntad y fuerza similar a un superhéroe pero es humano, al punto que sufre como tal. Incluso en el capítulo llamado “Laris sobre el espejo del desierto”, llega a perder un ojo. La ciudad de Lagash es traicionada y Nippur debe marcharse al exilio. Así se larga a los caminos desconocidos y recibe el nombre del “Errante”. Los infinitos caminos y la eterna soledad, lo convierten en el guerrero más duro, sabio y humano. Es el mismo Nippur, que con triste prosa se describió en una de sus aventuras: “Soy un viejo guerrero que se ha encallecido en el rugir de la guerra y el amor esteril de las mujeres de paso. Los hombres duros no somos más que ciegos tanteando en las tinieblas. Y fue ella quien surgió en mi noche. Ella la ciega veía mucho más lejos de lo que yo podía”.




La real humanidad del personaje lo convirtió en el pilar de la carrera de Wood, que tiene un estilo barroco, cargado de adjetivos y metáforas: “Yo creo en las cosas que mis personajes dicen. Pero el tono también depende de la época. Antes, es verdad, yo hacía unos discursos socráticos de la gran siete. Nippur te podía hacer dormir hablando del destino de la humanidad. Hoy aprendí que se pueden decir las mismas cosas pero con un poquito más de sal”. Además, de describir su estilo narrativo, Robin Wood, señaló los límites reales con los que se encontraba cada mes a la hora de crear historias en esa empresa: “Ramón Columba no permitía que se usara la palabra adulterio, tampoco se permitía tratar la homosexualidad y tampoco podíamos hablar de la inquisición, él era muy religioso. Respecto a la representación de la violencia, no teníamos ningún límite. Eso para ellos era normal. No nos dejaban suicidar a ningún personaje porque Columba entendía que era algo que iba en contra de la ley de la Iglesia”.

 




Nippur de Lagash, es la crítica más directa al poder escrita por Wood, una aventura que lleva al lector a un atrapante periodo de la historia de la humanidad poco visto en otras obras del género. Es la aventura sin fin, un contrapunto para ampliar el arte trazado por las vanguardias intelectuales y el de la cultura de masas. Todo el tiempo, el Errante del mundo de cuadritos, interpela al lector con un mensaje de resistencia y rebelión y esas son las características principales que la convierten en un clásico de la aventura.

 

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