Por PaVla Ochoa
La niebla abrazó el desierto y una certeza se apropió de mí;
ya no estaba solo.
Todo parece un sueño, pero ¿es realmente un sueño? Me
pellizco la piel y sigo en el desierto. Las mismas tierras en el que la
literatura y la historieta argentina han narrado andanzas criollas bajo la lógica
de la civilización y barbarie del sistema que nos oprime aún en estos días.
¿Estoy enloqueciendo?
Solo observo el arenal, los matorrales, los manchones de
pastos duros.
De repente pude visibilizar
huellas. Comencé a seguirlas, mientras las ideas recogidas en mis años de
lector se empoderaban de mis huesos. La primera imagen fue el Cabo Savino, ese
personaje que me acompaño de niño en las viejas revistas de editorial Columba
de mi abuelo José.
Siento frío en la
espalda. Lo desconocido otra vez frente a mis narices. No medí el peligro y
acelere el paso.
UN ANGEL EN EL
DESIERTO
El aire habla de un
tiempo que se fue.
Un caballo corre en mi corazón y piernas tiemblan a la vez.
Me arrastro como una
hoja en el viento, hasta que veo una sombra al borde del camino. Corro hasta
llegar a un árbol donde un hombre dormía.
No dudo y lo sacudo todos los huesos, hasta que abrió sus
ojos.
-Para pibe, ya está
me hiciste rajar del sueño.
-Disculpas, no se me ocurrió
otra forma de despertarlo.
-Bueno, obviamente
lograste tu objetivo ¿que buscas che?
Pude distinguir que era Ángel “Lito” Fernandez, alumno de
Alberto Breccia, parecía la reercanación de “Quijote de la Mancha ”.
Nos sentamos alrededor de ese árbol de hojas grandes y
tronco resistente y me preguntó:
-¿Te perdiste?
-No. Me da curiosidad
¿que hace acá en el desierto?
-Esperó un amigo pronto a llegar.
Ni lerdo ni perezoso
le cuento todo lo que viví hasta que me encontré con él.
Reímos juntos y
comienza a darme su opinión de como ve la historieta actual: “Hoy a pesar de
que bajaron las persianas las principales editoriales de historietas, fruto de
las medidas neoliberales de las décadas pasadas. Ahora la pulsión de querer
expresarse con imágenes por parte de los jóvenes, renuevan la historieta de
ideas nuevas, aire fresco”.
Se suelta la lengua y sigue hablando: “Es impresionante la
calidad de los nuevos artistas, tenes que tener en cuenta que nosotros somos
trabajadores de la historieta. Alberto Breccia por ejemplo era un tipo que
nunca se quedo quieto, siempre estaba explorando formas de decir a través de
sus dibujos. Sus primeros trabajos fueron ilustraciones gauchescas para la
revista “Resero” y en los últimos años de carrera trabajo el Martín Fierro con
impresionantes dibujos”.
-¿Cuál seria el
consejo que darías a las nuevas generaciones?
-Es fundamental aprender de nuestro pasado para fortalecer a
nuestros nuevos historietistas. Hay que transpirar tinta para estar en este
mundo tan hermoso de contar historias, eso me enseño el viejo Breccia. Él te
decía: “No te hagas el boludo, ponete a estudiar y no me vengas acá a hacerme
perder el tiempo”. Era muy severo, pero muy derecho. Esos palos los teníamos
que recibir pues éramos adolescentes, todos estábamos en etapa de formación y
debíamos ponernos al tablero.
-¿Como se describiría
como dibujante?
-Fundamentalmente, soy un entintador. Es decir, sobre el
boceto a lápiz de mis ayudantes, yo entinto. Es decir, soy un definidor de
área, a veces puedo meterla y otras no. Cuando hay que entregar muchas páginas,
mi método de laburo es así, con todos los riesgos que supone.
En medio de las reflexiones le pregunte sobre la persona que
esperaba y me señaló el horizonte.
Y ahí lo vi., era
Carlos “Carlos Chingolo” Casalla, el hombre que marcó un récord mundial por
serla persona que permaneció más tiempo haciendo la misma historieta en la
historia del género.
Ese personaje de las viñetas argentinas es El cabo Savino,
que nació en 1954 en el diario La Razón. Basta con poner en Wikipedia solo el
nombre de Casalla para que aparezca información biográfica que ayude a conocer
su historia: " Carlos
"Chingolo" Casalla nació el 1º de mayo de 1926 en Buenos Aires. Es
dibujante egresado de Bellas Artes, trabajó en publicidad y es músico de jazz.
En el campo de la historieta, su maestro fue José Luis Salinas. En 1947,
mientras cumplía el servicio militar, publicó en la revista El Soldado
Argentino una versión ilustrada del Martín Fierro. El 1º de abril de 1954
apareció en la contratapa del diario La Razón su más reconocido personaje: "El cabo
Sabino". Posteriormente, cuando pasa a la Editorial Columba ,
se le cambia el apellido por "Savino". La tira también se publicó en
la revista Puño Fuerte, de Editorial Láinez, hasta 1959. Durante la década del
60 publicó "Pithy Raine" en las revistas Oklahoma y Texas, y
"Álamo Jim", "Patrulla Americana" y "Hombres de
Fortines" en El Tony y en Fantasía. En 1966 ilustró el cuento "El
Valle del Sol" en la revista infantil Grillito. En la década del 80 dibujó
"El Cosaco", "Memorias de un Porteño viejo", "Capitán
Camacho", "De entre los Muertos", "Largo Nolan" y "Chaco".
Vive en la ciudad de Bariloche desde 1968, donde ha realizado varios murales.
Es autor de libros como El gran lago, Piedra Buena, Perito Moreno y 7 de Marzo,
donde cuenta la historia del ataque brasileño a Carmen de Patagones en 1826.
Entre 1992 y 2002 publicó una historieta diaria llamada "Pioneros del
Sur". En la actualidad, publica diariamente la tira "El cabo
Savino" en el diario Río Negro. En 2014 marcó un récord mundial por
dibujar el mismo personaje (el cabo Savino) durante más de 60 años. Asimismo,
por su trayectoria artística y personal fue declarado Ciudadano Ilustre de Río
Negro en 2009 por la
Legislatura Provincial ". El creador de Savino y
dibujante de Alamo Jim , El Cosaco y Perdido Joe , entre muchos otros”.
Carlos "Chingolo" Casalla, se sentó al lado de
Lito después de darse un abrazo fraternal eterno.
FRENTE A FRENTE
Le comente de lo que
estuvimos hablando de las nuevas generaciones y sin dudar señaló:” La nueva
generación sufre la ausencia de editores de historieta. Hay obras fabulosas y
es un esfuerzo de ellos y de nosotros para que este género no se pierda, sino
estos chicos van a sentir una decepción, porque es como que tienen el bote pero
no los remos y hay que acompañarlos para que nuestra historia no se pierda y
que puedan trabajar de historietistas”.
-¿Cómo observa la historieta gauchesca en la actualidad?
-La historieta gauchesca se perdió hace mucho tiempo en este
país, intente revivir pero lo hice con un milico, que la gente que ama al
milico no se si ama al gaucho, pero la historieta gauchesca debería ser
obligatoria porque no existe ahora, aparecen todos los personajes del género
pero no un gaucho porque no es popular, solo el Inodoro Pereyra del Negro
Fontanarrosa pero es lamentable que en Argentina estas aventuras no sea parte
de la cultura popular.
-¿En que anda su personaje más famoso: El Cabo Savino?
-Lo deje de publicar este año en el diario Río Negro después
de 65 años de hacerlo, pero ese personaje siempre tuvo hinchada y que no se
supo aprovechar. Muchos que ahora me hablan me dicen que por el Cabo Savino
comenzaron a leer antes de ir al colegio.
-¿Qué significa la historieta en su vida?
-Es todo, porque cuando estudiaba en la Escuela de Bellas Artes y salía
a dibujar historieta y no a pintar. Si le tendría que dar un consejo a los
nuevos dibujantes ¿Cual seria? Que se sienten que se acomoden en la silla y que
trabajen para adelante. Que no retroceda porque eso no sirve, hay que tropezar
con todo para ser historietista.
El clima era calido. Había muchas preguntas para seguir
haciendo pero la noche se apropiaba de nosotros. Buscamos ramas de árboles
caídos para hacer una fogata que nos permita pasar la noche. No había respuesta
sobre los interrogantes internos que intentaban entender porque estaba donde
estaba. Ya no importaba, dos gigantes de la historieta me acompañaban y
nuevamente ya no estaba solo.
Publicado originalmente en el número tres de la revista
"A Tiza y Carbón"(2015)
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