domingo, 15 de abril de 2018

“Él es un antes y un después en la historieta mundial”




Por Pavla Ochoa-

El 15 de abril, Alberto Breccia, dibujante revolucionario  que influye aún en estos tiempos modernos en la historieta mundial, cumplió 99 años.


Sonia Olmo, directora de la revista “A Tiza y Carbón e  hija de Irma Dariozzi de Breccia, segunda esposa del historietista, recordó parte de su historia compartida con ese hombre que le aporto su arte a un género aún marginal como es la historieta.





Sonia Olmo, respira y sonríe , cuando se le pregunta sobre Alberto Breccia; “Lo conocí de muy chica en el Instituto de Directores de Arte (IDA), porque mi mamá, estudiaba dibujo y él era su profesor de ilustración. Yo tenía 12 años y me impacto cuando lo vi, era una persona deslumbrante por su forma de ser, mi vieja le tenía al principio miedo y a la vez un gran respeto porque era mal humorado…


¿Lo era realmente?

Lo que pasa es que él no era una persona careta, era muy frontal, no andaba con medias tintas.




Entendiendo que usted prácticamente se crió con Breccia ¿Cuándo dimensionó que era un artista reconocido mundialmente?

Nunca me lo puse a pensar, me sorprendió su pregunta. De grande tomé dimensión de quien era, porque siempre para mí fue primero el profesor de mi mamá, luego el novio y después el marido, pero siempre para mí era una persona especial. Cuando entré a su casa de Haedo fue entrar a otro mundo mágico, libros y pinturas en las paredes, era una especie de  “Disneylandia”, ahí leí una colección completa de libros de terror que él tenía. Pero cuando me di cuenta de lo que significaba Alberto Breccia fue de grande cuando él ganó el Premio Yellow Kid para dibujantes, siendo reconocido internacionalmente y ahí comencé a ver que era para los demás.


Es que ahí muchos lo dimensionaron.

Claro, imagínate que yo lo vi dibujar El Eternauta, para mí todo era mágico y después de golpe empecé a ver quién era la persona con la que me sentaba a tomar mate. Siempre fue extraordinario ser, yo me sentaba horas al lado de él mirándolo dibujar, cebándole mate.




¿Era una persona que tenía disciplina para su tarea de historietista?

Era su trabajo. No conocí a nadie tan metódico y riguroso como él. Se levantaba temprano, le daba de comer  los gatos, después desayunaba, se preparaba el mate y se lo llevaba al estudio y ahí hasta el mediodía estaba hasta que bajaba a comer algo o a veces recién a la noche cenaba. Trabajaba rigurosamente porque dibujar era su trabajo. No soportaba a la gente que ninguneaba el dibujo como oficio, los detestaba. En todos los aspectos de la vida era meticuloso y organizado.


¿Qué piensa que le brindó Breccia a la historieta?

¿A parte de la vida? La sangre, su vida le brindo. Él es un antes y un después en la historieta mundial. Abrió caminos a que todo es posible. Mostró que la historieta es un arte, eso hizo Alberto. Fue una apertura de  caminos a que todo es posible en el género de la historieta.


¿A usted que le dejó como aprendizaje?

A mí me marcó caminos en la vida. Yo me crie con él, para mí fue mi viejo. Mi mamá se separó de mi papá cuando yo era muy chica y realmente Alberto fue mi viejo, me marcó sobre todo la honestidad de decir lo que se piensa y obrar en consecuencia. Era una de las pocas personas que conocí así, es decir “hacer lo que uno piensa”, ese es el camino que me dejo. Buscar siempre en la vida soluciones, posibilidades nuevas, no quedarse, salir adelante. Hay una frase que decía Masetti ; “Voy hacia lo que no empezó, ahí me estoy esperando” ; eso lo describe a Breccia y lo que me dejó es buscar nuevos caminos.


¿La revista A Tiza y Carbón es parte de esos caminos?

Sì, ese es el homenaje, mostrar que la historieta es presente. Lo homenajeamos siempre, en la revista, en los talleres en la librería Lipi Bropos, generando espacios de libertad y creación para los pibes. Es nuestra obligación, apostar a la historieta como lenguaje para contar historias y crear espacios de libertad.


¿Cuál es la obra que destaca de Breccia?

A mí me gusta Mort Cinder, me partió la cabeza. El Eternauta, que sin desmerecer el trabajo de Solano Lopez, es la versión de Alberto la que más me gusta y claro la adaptación de “El corazón Delator” de Edgar Allan Poe, que es una obra maestra.




¿Hablaba en las reuniones familiares de su barrio Mataderos?

Sí, era su historia. Yo conocí a varios amigos de él, por ejemplo Rafael Pugliese, era como su hermano, era una gran persona, militante del Partido Comunista, lo amaba. Recuerdo que cuando falleció Rafael, Alberto estaba en Europa y cuando vino  a fin de año,  nadie se animaba a decirle que había fallecido y se enojó con todos porque no le habían avisado. Alberto era un hombre de una gran ternura, hay que desmitificar que tenía mal carácter, era todo lo contrario.  Cuando falleció (NdR; Breccia falleció el 10 de noviembre de 1993, el día del dibujante), él tenía 8 gatos que se fueron muriendo todos, se fueron uno por semana, quedó uno solo, entendemos que fue por tristeza porque él los amaba.




¿Cómo lo recuerda?

Lo quise mucho y lo quiero mucho, era un gran tipo. Para mí es” Pipiolo”, el que amaba a los gatos, el que escuchaba tango, el que limpiaba el jardín todos los días, el que revoleaba las botellas al mar, era hermoso y tierno Pipiolo. Él de las largas caminatas por Mar de Azul, él de las interminables y hermosas horas tomando mate y viéndolo dibujar. Con él hacíamos gimnasia en el galpón, él me enamoro haciéndome dibujos de chica y me conquisto para siempre.


miércoles, 11 de abril de 2018

Diccionario Brecciano



Por  Pavla Ochoa


Breccia traspasó en su carrera un profundo viaje de constante búsqueda, la de su propia identidad en la historieta, creando inesperados universos. En las múltiples entrevistas realizadas al maestro, se pueden encontrar definiciones, anécdotas, y posturas de vida de un hombre que retrato las heridas del ser humano.


EL DICCIONARIO DE ALBERTO BRECCIA








Adaptación: “Un día, cuando fui a entregar un trabajo, el gerente ( NdR; Se refiere a la época en que el dibujante trabajaba para la Editorial Manuel Láinez) me dijo que fuera hasta una librería de San Telmo y me comprara un libro “Rocambole”. Quería que lo adaptara. Incluso medio plata, porque el libro valía 40 pesos. Lo compré y empecé a leerlo Pero como la cosa era urgente iba dibujando a medida que leía y como en un momento había demasiados personajes, resolví matar algunos. Claro que como eran personajes importantes en los capítulos siguientes se armo una galleta tal que la gente no entendía nada y hubo que levantar la serie. Esto salía en Tit-Bits, revista de la que después me dieron la tapa”.



Buenos Aires: “Mantengo con ella una relación de amor y odio, como en todas las relaciones dignas de ese nombre. Es la ciudad donde me eduqué, donde me hice adolescente, luego hombre. En Buenos Aires conocí a las mujeres que he amado. Toda mi historia está allí. Y de Buenos Ares amo sobretodo los suburbios, Mataderos, los barrios”.


 
Credencial: “¿Cómo va a tener un tipo un diploma de dibujante? Para ser dibujante hay que saber dibujar, y para mostrar lo que uno sabe lo mejor es una buena carpeta, y no un diploma”.


 
Dios: “Lo religioso no me toca para nada. Es algo que para mí no existe”.


 
Estilo: “Durante años he hecho esfuerzos terribles para formar “mi” estilo y finalmente me di cuenta que el estilo es simplemente una etiqueta que no sirve para nada. Tener un estilo “personal”, esa especie de sello de garantía, es simplemente detenerse en el punto en el que se alcanza el éxito. Luego de la cima está el descenso; no se puede estar siempre en la cima, porque la vista se debilita, la fatiga comienza a hacerse sentir, uno se aburre haciendo siempre las mismas cosas. La mayoría de los dibujantes se detienen en el momento en que han alcanzado el éxito, se instalan confortablemente y no tienen más deseos de moverse. Hay que saber arriesgar todos los días su propio éxito”.


 
Fealdad: “Quizás fui elegido para dibujar la fealdad, o quizás veo la belleza a través de la fealdad. Por ejemplo debo hacer grandes esfuerzos para dibujar una mujer linda. No puedo dibujar mujeres bellas, casi siempre obtengo mujeres feas. Si debo dibujar gente, inevitablemente los dibujo feos. Paso el tiempo haciendo croquis en los café, tengo miles. Me siento en un café y comienzo a bosquejar a la gente que me rodea: le puedo asegurar que los que veo no son bellos. Quizás tengan toda una cierta belleza interior pero exteriormente... no hay demasiada gente que sea bella”.


 
Guionista: “Ese rol nace exactamente en Patoruzito, con Quinterno. Es el primero en tomar gente del staff de Patoruzú cuando decide fundar Patoruzito: Issel Ferrazzano, Mariano de la Torre , que firmaba Dante de Palo. A ellos les encarga los argumentos y se los da a los dibujantes, así nació el argumentista profesional (...) Lo que pasa es que entonces los argumentistas no eran buenos. Porque era gente que estaba escribiendo humorismo y de pronto el editor los pone a escribir aventuras (...) Lo hacían nada más que para ganarse la vida. Wadel era el único que creía en lo que hacía”.


 
Historieta: “Nunca me gustó la historieta, no me gusta y no creo que llegue a gustarme algún día. Me gusta mucho el dibujo: me ayuda a descargarme, sana mis enfermedades. También me gusta el dibujo aplicado a las historietas pero no me gusta el género. No las leo jamás, me limito solamente a mirar los dibujos”.


 
Ideología: “A mí me han ofrecido cualquier cantidad de dinero por dibujar historietas eróticas y no he aceptado, no porque sea un puritano, sino porque no me parece bien, no me interesa dibujar solo por dinero”


 
Julepe: “El miedo, el horror, son sentimientos, sensaciones, que nos acompañan toda la vida. Tenemos miedo de la enfermedad, de la muerte, de un asalto, de un accidente de tránsito, de un golpe de estado militar... Hablo del contexto en el cual vivo. Tenemos miedo de la crisis económica, de la guerra: cohabitamos con el miedo. El miedo está mucho más presente en nosotros mismos que el amor”.


 
Kamikase: “Cuando dibujo no me propongo ganar dinero, sino hacer lo que quiero. Si luego me da dinero o sucede que  muchas historias mías no se publican, es un riesgo que yo corro. Desde que comienzo a trabajar asumo esa responsabilidad”.


 
Literatura: “Mi interés por la literatura data de la infancia. Cuando contaba con siete u ocho años, leía a Breat, Poe, mezclados con Salgari y Julio Verne: las lecturas clásicas de los adolescentes. La literatura, los libros, son para mi una verdadera pasión. Cuando leo un relato o una novela que me llega, que me impresiona, soy presa de un deseo irresistible de ilustrarlos, de dibujarlos”.


 


Llamarada: “Yo estaba paseando una noche con Hugo Pratt por Palermo que me dijo, en un coche;  “Vos sos una puta barata, porque estás haciendo mierda pudiendo hacer algo mejor”. Me dio mucha rabia, pero tenía razón. Entonces yo estaba edificando mi casa y necesitaba plata, acepté una propuesta de Oesterheld que me había hecho antes y me dio un personaje, “Sherlock Time”, que era un detective del tiempo venido del espacio, un personaje muy extraño, en cuya realización tuve mucho éxito”.


 
Mass media: “Los teóricos tienden a complicar la cosa con las historietas. En una punta hay un señor que trabaja para entretener al público. En la otra, hay un señor que quiere entretenerse. Lo bueno o lo malo que resulte del producto terminado depende del talento del que la hizo y también de las condiciones en que trabaja. Pero el público no es un ente pasivo. El público elige siempre lo que le gusta y en esa elección está su respuesta y está también su responsabilidad. Porque lo que elige, de una forma u otra, lo incorpora a la visión que tenga de la realidad. Sin proponérselo, en forma inconsciente, pero lo digiere según sus propios valores”.


 
Negro: “Si ser un autor “negro” quiere decir contar historias no muy alegres, entonces si lo soy (...) Creo que- en el fondo- ser un romántico y no un dibujante “negro”. Soy alguien que muestra las heridas, deseando ardientemente que no existan. Todo esto es puro romanticismo, ya que esas heridas van a continuar existiendo”.


 
Ñaupa: “Sucede que empecé a dibujar un viejo anticuario de muchos siglos (NdR; El compañero de Mort Cinder, Ezra Wilson) . Y me di cuenta que, sin querer, estaba dibujando mi propio rostro”.


 
Oesterheld, Héctor: “Era un hombre dotado de una enorme imaginación y una gran cultura: era geólogo de formación. Para él, en la vida, las cosas no eran tan simples, tan claras. No estaba simplemente el bien opuesto al mal; había matices, grises. Los hombres podían ser al mismo tiempo buenos y malos; hombres de carne y hueso. Él introdujo esa visión del hombre en las historietas en el momento en que el héroe estaba fuertemente estereotipado como un héroe positivo, sin debilidades –ni físicas-, sin defectos: ¡finalmente inhumanos!. Por ejemplo, un héroe típico podía luchar con diez adversarios... y vencerlos a todos; podía evitar todas las balas que le dirigían... ¡Podía recibir dos cuchilladas sin ninguna consecuencia! ¡El héroe clásico era así!
Con Oesterheld el héroe se humaniza: fuerte y débil, valiente y cobarde, bueno y malo al mismo tiempo”.


Proletario: “El dibujante se cree un intelectual y no sabe que es un trabajador. Yo admiro mucho más y respeto mucho más a un plomero que va a casa a cambiarme el grifo y me dice «mire usted esto vale 5.000 pesos y si no le gusta llame a otro». Y yo le digo, sí señor, cámbieme el grifo por favor. A un dibujante lo llaman de una editorial, lo hacen esperar cinco días, le pagan cuando quieren y lo basurean, y el dibujante se aguanta, porque está en el nivel del intelectual, el hombre que no discute precios. Pero el dibujante ha de ser un trabajador en el momento de los precios, después será artista”.


Quienquiera: “El editor es un señor  que edita historietas como podría fabricar chorizos. Es un señor que quiere ganar dinero.”


 Resistencia: La razón principal que me llevó a comenzar Perramus fue el deseo de testimoniar todo lo que pasó en Argentina en la época de la dictadura militar. Es mi deber hacerlo. El dibujo era y es todavía, mi única arma. Con esta arma, protesto. Perramus fue un grito de protesta, un grito de rebeldía. Ahora la situación de Argentina ha cambiado: no totalmente, pero en gran parte ha cambiado. Hoy también hay buenas razonas para continuar protestando, pero ya no es mi tarea... No habría que dejar de protestar”.


Socios: “Es como un matrimonio; tras unos inicios intensos y pasionales, la monotonía toma el relevo”.


Tango: “Amo la música, todo tipo de música., pero la única que me conmueve y logra conmoverme hasta las lágrimas es el tango. No hay otra. El tango tiene 120 años, yo tengo 73, he vivido parte de historias; he vivido directamente una buena parte de las historias que narra el tango”.


 
Universo: “No puedo ignorar el contexto político y social en el cual he vivido. No vivo en una bola de vidrio. Si, en un hermoso día, decido salir para ir al restaurant, detengo mi auto en un gran boulevard y dos pequeños de cinco años se me acercan para pedirme una monedita, no puedo impedir verlos. Todo eso acaba en mis dibujos: es el contexto en el cual vivo”.


 
Vanguardia: “Cuando la revista Karina nos propone Richard Long para su suplemento, yo hacía cinco años que no dibujaba. Acepté el trabajo por una cuestión de dinero, pero lo iba postergando porque tenía miedo. Hasta que un sábado me acorralan: había que entregar la historieta el lunes. Y justo ese sábado me saco una muela. La extracción es dolorosa, se me hincha la cara y tengo fiebre. Entonces para ahorrar tiempo recurrí al collage y suprimí veinte cuadros al guión. Estas decisiones se debían a la necesidad de terminar rápido y no a una genialidad (...) Ocurre que las cosas se mistifican y después se descubre que detrás del mito siempre hay una vulgaridad, un tipo en camiseta”.


 
Wadel, Leonardo: “Oesterheld siempre fue muy valorado, y los dibujantes lo buscaban. La queja se podría justificar en Wadel, que está injustamente olvidado y yo diría que fue aquí el inventor de la profesión de guionista”.


 
Xerografiar: “Me costó mucho aprender a dibujar, hasta los 30 años yo era un dibujante que... Yo copiando, intentando, sufriendo, como hacen todos, siempre cuesta aprender a dibujar; y se trataba de hacer esto o seguir en un matadero rasqueteando tripas hasta morir, así que me seguía con ello o copiaba a Hogarth”.


 
Yantar: “Todos los días comprábamos con mi mujer un litro de leche y un alfajor, y esa era nuestra dieta. Medio litro de leche y medio alfajor cada uno (...) aún en la miseria hay que mantener cierto esplendor”.


Zorro:Para ver si conseguía interesarlo a Héctor, me invento toda una mentira de que la King Feataures estaba interesada, porque yo me comuniqué con la King Features, realmente. Hablé con el que era el presidente de los corresponsales extranjeros y él la mandó a los EE.UU. Y entonces con esa carta le dije a Héctor que podía colocarse en los EE.UU. (era falso, porque no les había interesado) y que por favor me terminara Las Termópilas. Me la terminó; si no, hubiese quedado inconclusa”.